Personal de la Comisaría Vecinal 14 C de la Policía de la Ciudad se dirigió esta tarde hacia el cruce de las avenidas Del Libertador y Scalabrini Ortiz, en el barrio de Palermo, por un reclamo sindical frente al domicilio de la conductora Mirtha Legrand (93).

Pero eso no fue todo: el escándalo se agrandó cuando se supo que las autoridades estaban allanando esa casa en busca de documentación relacionada con una deuda de cinco millones de pesos en aportes patronales que mantendría la inmortal diva.

Minutos antes, llegaron al lugar varias decenas de autos del Sindicato de Choferes Particulares, adheridos al gremio de Camioneros. El secretario general y su delegado, junto con un escribano, pretendían la autorización para ingresar al domicilio y realizar la inspección por condiciones de trabajo, debido a que los choferes empelados no se encuentran inscriptos y no hacen aportes a la entidad sindical.

Luego llegó la noticia del allanamiento, en el que se estarían buscando facturas y comprobantes. Según se sabe, no hubo violencia. Los efectivos ingresaron tranquilamente. “Son los del sindicato -acusó Legrand, cuyo verdadero nombre es Rosa María Juana Martínez Suárez​​-. Quieren que mi chofer se afilie”.

Esto se debe a la causa de su chofer Marcelo Juan Campos, quien le inició acciones legales tras asegurar que la Diva no le estaba haciendo los aportes correspondientes (debido a que estaba inscripto en el convenio de comercio cuando tendría que en el de choferes particulares).

 

Por su parte, en diálogo con Clarín, Legrand confirmó que se habían acercado representantes del sindicato a la puerta de su casa: “Es el sindicato de choferes, porque él (por su chofer) está afiliado a otro sindicato ya hace tiempo. Lo que quieren es que mi chofer se afilie al sindicato de choferes”.

Al no tratarse de un allanamiento judicial, la conductora tuvo la posibilidad de no dejarlos entrar, dato que quedó registrado en los papeles del sindicato. Según la denuncia, Mirtha tendría que pagarle a su ex empleado 5 millones de pesos.

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