María Ancalao tiene 48 años y desde hace 12  se desarrolla como trabajadora comunitaria para la provincia de Chubut, su vocación surgió a partir de una gran pérdida su compañero de vida, José Riquelme, un chofer de ambulancia del pueblo falleció de un cáncer fulminante que le quitó la vida en menos de un año.

 

En ese momento para María el dolor fue infinito, sin embargo, tenía que salir adelante y lo hizo primero limpiando casas y planchando, y luego ingresando al sistema sanitario, donde fue mucama y más tarde se capacitó como trabajadora comunitaria.

 

Desde entonces ella es trabajadora en terreno de Aldea Beleiro, una comuna rural fronteriza del sudoeste de la provincia del Chubut, y se encuentra ubicada a 382 km al oeste de la ciudad de Comodoro Rivadavia, y a solo 5 km del límite con Chile.

 

Entrevistada por el portal ADN Sur, María resalta:  “Si bien lo he hecho casi siempre, con el tema de la pandemia, busque realizar mi trabajo lo más efectivo que pudiera hacer y lo hice en bicicleta. Yo trato de hacer en bicicleta todo lo que más pueda. Si el clima está bueno y tengo que hacerlo el fin de semana lo hago porque mi pareja hace mucho deporte y me acompaña. Ahora si el clima está feo o hay que vacunar vamos con la enfermera en la ambulancia, pero hay que llegar”.

María Ancalao la trabajadora comunitaria que por la pandemia, hace su trabajo en bici (Foto: ADNSur)

 

Recorre hasta 50 kilómetros, ida y vuelta, para llegar a los campos acompañada de su actual pareja, María resalta :  “La gente del campo no quiere abandonar su lugar a pesar de las complicaciones que trae el crudo invierno de la Patagonia” “La mayoría se queda en el campo, y donde hay personas mayores hay que tener en cuenta que si nieva mucho, llueve mucho, hay que tenerlo presente para poder llamarlos por radio o comunicarnos a través de un campo vecino para saber si están bien o necesitan algo. Como son gente mayor que está tan acostumbrada a estar en el campo es muy difícil convencerlos que se vengan al pueblo”

 

Así, María no tan solo es asistente comunitaria sino que es mucho más,  es un pilar y un apoyo para Aldea Beleiro, dónde busca incentivar a las personas a tener una vida más sana y ayudarlos en los cuidados básicos que todos los pobladores se merecen, realizando su trabajo con esfuerzo, dedicación y amor. 

 

Maria es trabajadora comunitaria de Aldea Beleiro a ubicada a 385 kilómetros de Comodoro. (Foto: ADNSur)

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