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Una noticia movió el tablero del fútbol formativo: Nazareno Cárcamo dejó San Lorenzo por un conflicto interno y, casi de inmediato, Huracán lo convocó a una prueba en La Quemita. La respuesta del Globo fue tajante: lo incorporó tras el primer entrenamiento. El juvenil 2009 ya se entrena en Séptima División y compartirá institución —no categoría— con Bautista Andrade (2010), arquero de Octava que recientemente fue citado para trabajar con la Selección Argentina Sub-15 en el predio Lionel Andrés Messi de la AFA, en Ezeiza.

El propio Cárcamo relató a La Opinión Austral la secuencia vertiginosa de su pase del Ciclón al Globo: “No, no costó el cambio. Fue mucho mejor, más rápido y, apenas se enteraron, pidieron a ver si me podían hacer una prueba. Hablaron para que pudiera probarme y ya me dijeron que sí. Recontento”. En el mismo diálogo, el juvenil confirmó el vínculo con el arquero riogalleguense: “A Bautista sí, lo conozco; es mi hermano: desde los cinco o seis jugamos juntos”.

El movimiento no es menor: el salto directo entre clásicos rivales rara vez se da con tanta velocidad y, en este caso, subraya la sintonía entre captación y necesidades deportivas. Huracán actuó con reflejos, apostó por un talento al que ya conocía del ambiente formativo y resolvió su incorporación sin demoras, validando en cancha lo que había visto en informes y referencias.

Para Naza, el desembarco en Parque Patricios abre una etapa que combina adaptación, competencia y proyección. Para Bauti, que pasó por días inolvidables con el llamado al combinado nacional Sub-15, la presencia de un compañero de trayectoria compartida también supone un respaldo emocional y futbolístico.

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