La nueva restricción a la circulación en el transporte público -adelantada por el presidente Alberto Fernández-, que entró en vigencia a partir del primer minuto de este viernes, busca poner freno a la movilidad de las personas y, por ende, contener una mayor dispersión del virus.

La vicegobernadora de Buenos Aires, Verónica Magario, consideró que la medida es “fundamental para parar la circulación” de personas en el AMBA, pidió a la población ser “solidaria” y entender que se está atravesando “el momento más crítico” y advirtió que en el conurbano “el 60 por ciento de las camas de hospitales están ocupadas” y en el total de la provincia, el “50 por ciento”.

El Gobierno Nacional dispuso que, desde la medianoche, sólo los trabajadores de las 24 actividades declaradas esenciales en el marco de la pandemia podrán viajar en el transporte público en la zona del AMBA, mientras que el resto -considerado exceptuado- puede seguir circulando e ir a trabajar, pero no podrán hacerlo por esa modalidad.

El ministro de Transporte, Mario Meoni, aclaró que los trabajadores de servicios esenciales “no deben renovar el permiso de circulación”, pero sí el resto, es decir los que están encuadrados como “trabajadores no esenciales”, a través de la aplicación Cuidar.

El jefe de gobierno porteño, Rodríguez Larreta, admitió que se prendió “un alerta” por el aumento del número de usuarios de transporte, pero aseguró que “la ciudad está estabilizada en un rango alto” de contagios por día, que oscilan los 500 y 550 casos.

“La evolución de contagios es sólo uno de los datos que tenemos en cuenta” a la hora de endurecer o flexibilizar las medidas, explicó Larreta y consideró como un “motivo de preocupación” el crecimiento de la movilidad de las personas en el AMBA.

La ministra de gobierno bonaerense, Teresa García, evaluó que “en los últimos 20 días el tráfico se desmadró” y alertó con que “cada vez se reduce más el tiempo de multiplicación de casos”, algo que “se ve en el número de infectados y muertos”.

Buenos Aires ya superó los 15.300 casos de Covid-19, con algo más de 400 muertes desde marzo.

El jueves se endurecieron los operativos de control en el transporte público y en los accesos a la ciudad de Buenos Aires. La mayoría se centró en Lomas de Zamora, La Matanza, Avellaneda, Esteban Echeverría, Vicente López, San Miguel, San Martín, José C. Paz y Florencio Varela.

También hubo vigilancia al tránsito en la autopista Panamericana, en los ramales Pilar y Campana, y en el ingreso desde el sur, en el Puente de la Noria, y en la autopista Riccheri.

Las estaciones de trenes , como Constitución, Once, Retiro y Chacarita, fueron otros de los puntos controlados.

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