Por Sebastián Premici

El nivel general de la suba de precios para el tercer mes del año podría ubicarse arriba del 5%, y del 54% en términos interanuales. Así lo estiman consultoras como Eco Go, CyT Asesores Económicos, Orlando Ferreres y Asociados y el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO).

No sólo los alimentos empujarán las alzas sino también rubros como educación, indumentaria, naftas y los servicios públicos como la luz y el gas. La “guerra contra la inflación”, anunciada por el Gobierno con una semana de delay hasta que se tomaron las primeras medidas, sólo aborda algunas cuestiones vinculadas a la canasta básica alimentaria. Para el Gobierno, durante ese lapso ocurrió una fuerte movida especulativa por parte de grandes compañías de la industria alimenticia.

El acuerdo con el FMI prevé que la inflación del 2022 podría oscilar entre un 38 48%. Sin embargo, todo indicaría que, para este año, el piso sería del 50%, y con un riesgo al alza. El memorándum de entendimiento con el organismo multilateral, lejos de contener la inflación, la promueve.

En este escenario, tanto el Gobierno como el FMI necesitan de una alta inflación para que no caigan los niveles de recaudación dentro del actual esquema tributario. El acuerdo sólo aporta la novedad del revalúo inmobiliario, que podría incrementar los ingresos en un 0,1% del PBI. El Aporte Solidario a las Grandes Fortunas permitió recursos extras equivalentes al 0,5% del PBI. Pero se sabe, este año no habrá nada por el estilo.

Es dentro de este esquema inflacionario, donde las empresas concentradas juegan la partida que mejor les sale: la especulación. Según los relevamientos diarios de la Secretaría de Comercio Interior, entre el 16 y 18 de marzo empresas como Mondelez aplicaron subas del 22%, Mastellone lo hizo en el 11,6%, y Molinos Río de la Plata, en el orden del 9%. Y Las Marías, empresa de la familia Navajas Artaza que posee el 20% del mercado yerbatero, remarcó sus productos en un 17%.

“Hubo un ataque especulativo con un conjunto de precios alimenticios cuyas subas fueron inexplicables. Se trata de maniobras que no vamos a tolerar”, sostuvo Roberto Feletti, secretario de Comercio Interior, durante la semana.

La Secretaría de Comercio Interior detectó fuertes subas de precios en los grandes supermercados. “De las 949 observaciones encontradas con precio señalizado -que corresponden a 269 productos diferentes-, se observó un cumplimiento de precios del 60,9%, es decir el 39,1% (371 observaciones) mostraban un precio mayor al acordado, puede leerse en el informe de monitoreo de pautas.

Se observó un cumplimiento de precios del 60,9%, es decir el 39,1% no se cumplió

Otras de las subas detectadas ocurrieron en productos de Coca Cola (10,9%), Los Cinco Hispanos (17,0%), Quilmes (18,0%), Granix (11,3%) y Mastellone La Serenísima (11,6%), entre otras.

Si hay mucha circulación de dinero, las compañías aumentan precios; si se otorgan aumentos paritarios, se retocan los precios. Si se mueve la cotización del dólar, hay subas. El círculo termina de cerrarse cuando ante el mayor volumen de pesos ganados, lo traducen en dólares, y presionan al tipo de cambio con su ya sabido impacto sobre precios. La teoría del eterno retorno hecha especulación capitalista.

La movida también es confirmada por las consultoras privadas que realizan mediciones de precios. “La búsqueda de las empresas por anticiparse a las posibles consecuencias negativas sobre su rentabilidad que tendrían las medidas contra la inflación, sumado al contexto internacional, empujaron la suba de precios en los principales productos de la canasta que sólo en la tercera semana del mes registró un aumento del 4%”, puede leerse en un reciente informe de Eco Go, dirigida por Marina Dal Poggetto.

Menos retención

Las medidas anunciadas para combatir la inflación corren el riesgo de quedar chicas frente a la suba generalizada de precios. Por eso Feletti reclama o sugiere que las retenciones son un mejor instrumento que el fideicomiso anunciado.

“Los derechos de exportación además de ser justos, porque hay un efecto riqueza que debe redistribuirse, desvinculan mejor los precios internacionales y eso garantiza oferta. Ante una crisis global alimenticia, como lo define la FAO, la Argentina aparece más desguarnecida. No podemos convalidar como si nada- la sobre renta que obtiene el sector del agro”, enfatizó el funcionario.

En 2015 había más regulaciones vía derechos de exportación, cuando los precios estaban mucho más bajos que ahora. Por entonces, el maíz pagaba un 20% de retenciones, mientras que ahora lo hace en un 12%. El precio internacional del trigo saltó un 63% entre 2015 y 2021 y las retenciones se redujeron 11 puntos. El girasol pagaba un 28% y ahora un 7, cuando el precio saltó un 40% en dólares.

El acuerdo con el FMI prevé que la inflación del 2022 podría oscilar entre un 38 48%

Es decir, ahora sería un buen momento para rediscutir el rol de los derechos de exportación como instrumentos de política económica, con capacidad redistributiva y de desacople de precios internacionales.

Pero parece que todavía se le tiene miedo a las entidades patronales nucleadas en la Mesa de Enlace, que cada tanto desempolvan la idea de volver a las rutas. “Si el gobierno quiere guerra, el campo se la va a dar”, sostuvo Alfredo “Minga” De Ángeli desde la ruta nacional 14, en Entre Ríos.

Precio energía

El capítulo con el FMI no está cerrado. Tras la aprobación del programa de Facilidades Extendidas por parte del Directorio del organismo, vendrán las revisiones técnicas. Si bien el Gobierno vendió como un éxito que no se incluyeran “reformas estructurales” en el memorándum, el tema sigue dando vueltas. Durante la reunión del board realizada el viernes, sobrevoló la idea de exigirle al país las tan mentadas “reformas”.

El Congreso aprobó un acuerdo al que redefinió como una operación de crédito público. Es decir, la toma de nueva deuda para pagar los vencimientos pactados por Macri. Pero en el memorándum rubricado por Martín Guzmán se incluye una cláusula que indica que ante la incertidumbre internacional, la Argentina se compromete a recalibrar sus políticas en diálogo con el Fondo.

Co Gobierno explícito. Lo que no queda claro aún es si el organismo multilateral podría reclamar las reformas estructurales.

Uno de los capítulos que deberán reverse es el energético. El alza internacional ya tiró por la borda la pauta de reducción de subsidios pensada en el orden del 0,6% del PBI.

“Por la suba del precio del gas, se va camino a un inevitable waiver (perdón). Eso ya está hablado con el Fondo”, sostuvo a La Opinión Austral un integrante del equipo económico. Así como la guerra contra la inflación comenzó tarde, el acuerdo con el FMI nació viejo.

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