De llenarse de barro en los potreros de Villa Fiorito, a jugar en los campos más sofisticados y privilegiados del mundo entero.

De viajar en una camioneta a jugar los Torneos Evita con los Cebollitas, a tener una Ferrari en su paso por el Nápoli de Italia.

Diego Armando Maradona, falleció al mediodía de este miércoles, tras sufrir un paro cardíaco en la casa de Tigre, donde se recuperaba de la operación del hematoma subdural a la que se sometió el 4 de noviembre.

No aguantó, no resistió al paro y el “D10S” volvió a su lugar, el cielo. Donde jugará a los toques con Don Diego y tomará mates con Doña Tota, sus padres, a los que tanto extrañó desde que se fueron.

“Muerto es aquel que nadie recuerda”, y Diego Maradona vivirá en el recuerdo de cada pibe y piba que patee una pelota número cinco dentro de un campo de juego. 

De niño y Cebollita. Diego posaba con la camiseta de su equipo con el cual participó de los Juegos Nacionales Evita 1973 y 1974.

La leyenda nació un 30 de octubre de 1960, en Lanús. Su infancia y su amor por la pelota empezó en los potreros de Villa Fiorito.

Primero en los “Cebollitas“, aquel equipo de la clase 60 donde Diego demostró en los juegos Evita de 73 y 74 de que estaba hecho.

Tras ser fichado por Argentinos Juniors, Maradona debutó un 20 de octubre de 1976 a sus 16 años de edad ante Talleres de Córdoba.

El camino del “Pelusa” con la pelota, recién iniciaba. Campeón del Mundo Juvenil en 1979 junto a la Selección Argentina Sub-20. Tres años después cumpliría el sueño de su vida y de sus viejos: Jugar en Boca Juniors, donde se consagró campeón del Metropolitano del 81.

Cedido al Barcelona, Diego tuvo su primer paso en Europa: Durante la temporada 83-83 y 83-4 jugó en el equipo Culé.

Así posaba el 10 en su llegada al Barcelona.

En Nápoli, sonaba “Ho visto a Maradona”. Recibido por una multitud en el San Paolo, estadio de Nápoli, los hinchas recibieron a quien era figura del Barcelona y la selección, en ese entonces.

El 10 llevó al a gloria al equipo italiano, y en paralelo logró el Campeonato del Mundo de México 1986, convirtiendo el “Mejor Gol de la historia de los mundiales”, ante Inglaterra en los cuartos de final.

Alto en la gloria: Diego Maradona alzando la Copa del Mundo en el Estadio Azteca.

Diego Maradona llevó a que Argentina sea conocida en el mundo. No lo hizo un científico, ni un político, ni un cantante. País que pisaba un argentino en el mundo, país en el que se nombraba a Diego, en tiempos donde no existían las redes sociales.

Los años 90 comenzaron con un dolor muy grande para el 10. La final perdida ante Alemania en el Mundial de Italia 90. Lágrimas en los ojos, y un dolor inconmensurable sometía a Diego, que no pudo obtener el bicampeonato.

La vuelta al país en el 93

Diego regresó al país para jugar en Newell’s. Fue la vuelta del 10 al fútbol argentino, jugó en la Lepra, y continuó en Boca, donde jugaría hasta 1997.

Diego en su presentación junto a Gianina y Dalma, sus hijas.

Las canciones dedicadas al 10

Figura de muchas paredes, de esquinas, de murales y monumentos, es partícipe Diego Maradona a lo largo del mundo.

En el Barrio de la Boca, en la Paternal, en Nápoli, el “Pelusa” será recordado en cada pintura que lucen las calles de cada barrio.

Uno de los murales que tiene Diego Maradona en Nápoles.

Argentina, un país cultural y con mucha historia en lo musical, le otorgó canciones históricas a Diego Maradona.

“La mano de Dios”, de Rodrigo. “Maradó”, de Los Piojos. “Para siempre”, de Ratones Paranoicos. “Maradona” de Andrés Calamaro, son algunas de las más reconocidas. Junto a “Si yo fuera Maradona” de Manu Chao.

Tras el fallecimiento, Argentina estará de duelo 3 días, tras la confirmación del presidente Alberto Fernández.

Esta noticia parecía que nunca iba a llegar. Que si bien, en las últimas apariciones no se lo observó de la mejor manera… Esto inundó de lágrimas a los amantes del fútbol.

Sus últimas horas.

Diego Maradona fue director técnico de Gimnasia de la Plata hasta inicios de noviembre, luego de ser internado en La Plata. Se le hizo una tomografía que corroboró que Diego tenía un hematoma subdural, por lo que fue operado el 4 de noviembre.

Así esperaba un fanático de Diego Maradona fuera de una clínica de La Plata.

Este miércoles 25 de noviembre, el mismo día del fallecimiento de Fidel Castro, a quien Diego admiraba, tuvo un paro cardíaco cerca del mediodía en la casa de Tigre que alquiló para recuperarse de la operación exitosa.

Tras lucharla, Diego no resistió. Dejó un vació enorme. Artistas, políticos y deportistas lo despidieron mediante redes sociales.

Rumbo al cielo: Diego Maradona, se reencontrará con sus padres: doña Tota y don Diego, artífices del mejor jugador de fútbol que vio nacer este país. Volverá a jugar con el “Tata” Brown, su compañero y amigo del plantel del Mundial 86.

Para verte gambetear habrá que ir al cielo, pero en cada video de sus partidos jugados, en cada sonrisa y en cada entrevista, será recordado por los argentinos y el mundo entero.

La última foto pública del 10. Días después de su operación con su médico personal: Leopoldo Luque,

Con la celeste y blanca bien alta, con la copa del mundo bajo su brazo, con sus títulos y el amor de su familia y sus hijos y de todo un pueblo que hoy lo llora, Diego Maradona falleció a sus 60 años.

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