Tras dos años signados por el COVID-19, el horizonte parece ser más alentador y la puerta de salida a la pandemia está cada vez más cerca gracias a la vacunación. En este escenario, las restricciones que imperaron durante todo el 2020 y parte del 2021 se han flexibilizado lo suficiente como para empezar a hablar de “post pandemia“.

Sin embargo, aún perduran ciertas medidas sanitarias que, por diversas razones, afectan la vida cotidiana de muchas personas. Sin dudas, una de las restricciones más problemáticas -sobre todo en esta región- es el cierre de fronteras. Esta situación no solo es un problema de tránsito, sino que se transforma en un problema humanitario si se toma en cuenta la inmensa cantidad de familias binacionales que existen en la Patagonia.

Dos largos años

Este es el caso de Carolina Suárez, ciudadana chilena que reside en la ciudad de Río Grande (Tierra del Fuego) hace 8 años, pero su madre y su hijo se encuentra en el país trasandino. La mujer, relató su historia en el aire de LU12 AM680 y brindó detalles de cómo las familias que atraviesan situaciones similares se están organizando para exigir una solución.

Hace dos años no puedo ver a mi hijo de 17 años. Además, tengo a mi madre que es no vidente en Chile. Las llamadas de WhatsApp ya no nos llenan, mi mamá no me puede ver. Estamos con esta incertidumbre de no poder pasar”, contó Carolina.

En ese sentido, indicó que sus familiares que están del otro lado de la frontera se encuentran “desesperados y angustiados al igual que yo”.

“Ya uno empieza a caer en un pozo depresivo, la depresión se manifiesta porque después de golpear por todos lados nadie te da una respuesta“, lamentó la mujer.

Ni vacaciones, ni shopping

En este contexto, Carolina expresó que no entiende cómo no existe la “posibilidad que se puedan entender entre los gobiernos” de ambos países para buscar una solución.

“Se podría realizar una excepción, están abiertas las fronteras aéreas y marítimas con su respectivo protocolo de salud y para nosotros las puertas están cerradas”, sostuvo.

Por el momento, la única posibilidad de trasladarse hacia el otro país, es viajar hasta las capitales de Santiago de Chile y Buenos Aires para, recién en ese punto, ingresar por vía aérea y poder moverse por el territorio.

“Yo no tengo la posibilidad de ir y volver por avión vía Buenos Aires. Es una barbaridad, la verdad que no contábamos con el dinero para solventar esos gastos. Esto deja al descubierto que las personas que no tenemos disponibilidad monetaria no podemos hacer nada“, manifestó Carolina.

Además, la mujer de Río Grande explicó que no se trata de un viaje de negocios o de placer, es la necesidad de reencontrarse con sus seres queridos.

No nos vamos a ir de vacaciones ni a hacer shopping. Vamos a hacer un gran esfuerzo para viajar porque queremos ver a nuestras familias”, aseguró.

El 12 a las 12

A raíz de esta problemática que afecta a tantos hogares patagónicos, las familias emprendieron una campaña titulada “Queremos ver a nuestros Familiares“. Además de visibilizar la campaña en redes sociales, los integrantes de la campaña están recolectando firmas y tienen previsto una importante movilización para el día 12 de noviembre a las 12 del mediodía.

“La convocatoria es el día 12 a las 12 en la plazas para poder juntarnos y hacernos escuchar para que realicen un protocolo sanitario para nosotros”, comentó Carolina que es referente de la campaña en Río Grande.

Además, la movilización se llevará a cabo el mismo día y a la misma hora en las ciudades de Río Gallegos, Río Turbio, 28 de Noviembre, Puerto Natales, Punta Arenas y Porvenir.

Hay que ponerse en los zapatos de estas personas. Las autoridades no se ponen la mano en el corazón, por eso hacemos este llamado, a los gobernadores, a migraciones, a los cónsules, a las autoridades sanitarias para que por favor se pongan las pilas y realicen el protocolo necesario”, concluyó Carolina que invitó a las comunidades a sumarse.

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