Sean de origen tradicional o renovable, el Sistema Argentino de Interconexión (SADI) es la red eléctrica que recolecta y distribuye la energía que se genera en todas las usinas de producción del territorio nacional. A excepción de la provincia de Tierra del Fuego, que permanece fuera de esta cadena, está conformado por tendidos de cables que interconectan los distintos puntos de la Argentina.

Coexisten dos subsistemas, dentro del SADI : el Sistema de Transporte de Energía Eléctrica de Alta Tensión (STAT), conformado por 14.197 kilómetros de líneas de 500 kilovoltios que trasladan la corriente de una región a otra; y el Sistema Troncal (ST), de 20.296 km, que enlaza plantas generadoras y distribuidoras dentro de una misma zona.

Las energías renovables se regeneran de manera continua, como la energía solar y eólica. Al no ser de impacto ambiental, aportan recursos al SADI, donde pasan a formar parte del total de corriente que se transporta a lo largo del tendido.

Es necesario el desarrollo del tendido eléctrico en todo el país, para lograr la transformación esperada. “La incorporación al sistema de interconexión de centrales de generación de  energía de origen renovable y la inminente adopción de vehículos eléctricos impulsada por la Ley de Movilidad Sustentable requerirá de una mayor infraestructura para satisfacer la demanda energética en cada rincón del país”, explica Juan Manuel Pereyra, Presidente de Electroingeniería.

Existen más de 170 proyectos de energías renovables, en Argentina. De los cuales se habilitaron diez de estos trabajos a gran escala en seis provincias, en la primera mitad de este año.

La energía alternativa logra abastecer alrededor del 10 por ciento de la demanda mensual de recursos eléctricos. Mientras que, la Ley de Energías Renovables establece que, para 2025 estos suministros deberán mantener un promedio del 20 por ciento de la participación.

La demanda creciente por la transformación energética en la que está embarcado nuestro país busca fortalecer y ampliar el sistema que permite el transporte de la energía generada y además garantiza solidez y continuidad de suministro en todo el país.

Las probabilidades de alcanzar este hito dependen en buena medida del crecimiento del SADI, el cual en los últimos 18 años expandió 5 mil kilómetros las líneas de alta tensión.

 

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