La Argentina está en “condiciones ideales” de ingresar a la quinta ola de su industria petroquímica, con un “desarrollo inteligente” de los recursos competitivos de Vaca Muerta” y sumar exportaciones de alto valor agregado por US$ 5.000 millones, aseguró el director ejecutivo de la Cámara de Industrias Químicas y Petroquímicas, Jorge De Zavaleta.

“Lo que estamos pensando para una nueva etapa de la industria petroquímica argentina es un desarrollo inteligente que significa utilizar el gas competitivo de Vaca Muerta, y hacer productos que la región necesita con plantas de escala mundial”, explicó De Zavaleta en una entrevista con Télam.

El directivo del sector de la industria química y petroquímica aseguró que el país está en condiciones de “alcanzar escala en proyectos de metanol, amoníaco, urea, polietileno y polipropileno, en los que puede ser altamente competitiva“, y responder a la creciente demanda global y regional por el alto impacto de estos productos en la vida cotidiana y productiva.

 

“La quinta ola para la petroquímica argentina viene con Vaca Muerta y atada al gas natural”  aseveró De Zabaleta en referencia a los procesos previos de gran desarrollo que experimentó el sector desde comienzos de la década de los 40, por el proceso de sustitución de importaciones por la Segunda Guerra Mundial.

En ese sentido, agregó que “las condiciones físicas están dadas. Nadie discute la calidad del recurso, ni que el gas es competitivo a nivel mundial, ni que en Sudamérica el único que tiene recursos energéticos como para poder hacer petroquímica es Argentina“, explicó.

“Se podría decir que estamos en una situación ideal, pero para concretarlo es necesario competir por el capital con Estados Unidos, Canadá, los países árabes que también tienen energéticos baratos”, explicó.

De acuerdo con el trabajo y las proyecciones que realizó el sector, “aprovechar el potencial inmediato de Vaca Muerta permitiría aumentar 50% la capacidad productiva que tiene el país en la industria química y petroquímica, lo que demandaría una inversión estimada de US$ 10.000 millones“.

Ese salto productivo representaría un incremento de exportaciones de US$ 4.000 a US$ 5.000 millones, con la creación de 50.000 nuevos empleos y una recaudación adicional de impuestos de US$ 1.200 millones.

En cuanto a la demanda del recurso energético, esa producción incremental demandaría 10.000 millones de m3 (metros cúbicos) diarios adicionales a los 15 millones de m3 que insume la industria, una cifra que puede resultar menor en comparación con la producción total y mas aún con el potencial de los no convencionales.

 

“La quinta ola para la petroquímica argentina viene con Vaca Muerta y atada al gas natural”.

 

Sin embargo, De Zavaleta destacó que mas allá de los volúmenes de gas utilizados “hay que pensar el valor agregado que le da la petroquímica al recurso que multiplica por dos cuando se transforma en metanol o urea, por cuatro en el caso de una resina plástica, o en ocho y hasta diez veces si es una pieza terminada“.

“Esa agregación de valor multiplica las exportaciones y permitiría revertir el actual déficit de balanza comercial del sector estimado en unos US$ 4.000 millones en 2019, resultado del saldo por los US$ 7.000 millones importados”, precisó el titular de la cámara.

Proyectos

Sobre la maduración de los proyectos, varios de los cuales están en análisis a la espera del desarrollo masivo de los no convencionales -por la necesidad de volumen y de costo competitivo- De Zavaleta estima que se podría contar con la concepción de nuevas plantas de metanol y urea hacia 2023 y 2024, y para las de plásticos hacia 2024 o 2025.

A la vez, destacó al disponibilidad de infraestructura que permite agilizar los proyectos con una variedad de opciones según se analice la viabilidad de alguno de los ocho polos petroquímicos con que cuenta el país: Mendoza, Neuquén, Córdoba, Rosario, Ramallo-San Nicolás, Zárate-Campana, La Plata, Bahía blanca y más de 150 empresas.

La Argentina cuenta así con el segundo complejo petroquímico de Sudamérica, detrás de Brasil, país al que el directivo plantea necesario prestar especial atención ya que es el “destino ideal” para la nueva producción pensada totalmente para el mercado exportador regional.

De Zavaleta dejó entender que Brasil más que un competidor es un gran cliente a tener en cuenta por su alta demanda de productos, y porque “Vaca Muerta sigue siendo mucho más competitiva que el pre-sal brasileño en gas“, por lo que enfatizó la importancia de que “el Mercosur siga unido y con un mayor intercambio”.

La Argentina aún mantiene su récord de producción sectorial en los 7 millones de toneladas alcanzados en 2006, a partir del cual la menor disponibilidad de gas frenó la expansión, y cuenta en la actualidad con 110.000 empleos directos, ventas por 25.000 millones de dólares en toda la cadena de valor, y representa el 24% de las exportaciones industriales y el 12% del PBI industrial.

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