El Indicador Sintético de Economías Regionales (ISER) es elaborado por el Ministerio de Economía de la Nación, desde la Secretaría de Política Económica.

Su objetivo es captar la dinámica de las distintas actividades y variables esenciales (como consumo de electricidad, gas, recursos de origen nacional, venta de combustibles, depósitos) agrupadas por conjuntos de provincias para comprender la especificidad de cada región, y en este contexto, el impacto de la pandemia.

La Opinión Austral accedió al documento que describe la situación de todo el país durante el segundo trimestre del año, comparado con el mismo período del año pasado, en cada una de las regiones de la Argentina, un insumo central para la futura toma de decisiones.

El ISER registró el impacto de la pandemia originada por el COVID-19 al segundo trimestre del año con una caída histórica del 19 por ciento interanual. Pero el dato no sólo da cuenta de las consecuencias de la crisis epidemiológica, sino también la fuerte retracción en la actividad con más de dos años de caída ininterrumpida, es decir nueve trimestres consecutivos desde el segundo trimestre de 2018.

El macrismo había apostado a que su programa económico se sostendría sobre la valorización financiera. Pero para abril de 2018, los mercados voluntarios de crédito cerraron el grifo de los dólares al advertir que todas las divisas que entraban, salían en forma de fuga de capitales.

Ahí fue cuando Macri recurrió al FMI e ideó una serie de bonos en pesos llamados BOTE, cuyos tenedores fueron los grandes Fondos de Inversión que ahora presionan con una devaluación. Todo tiene que ver con todo.

El macrismo también había instalado la idea de que durante su gestión se potenciaría a las economías regionales. Primero lanzó el llamado Plan Belgrano y luego el Plan Patagonia, dos cáscaras vacías.

Dicho esto, vale destacar que la situación registrada durante el segundo trimestre de 2020 no fue homogénea. La región más afectada fue Centro y Buenos Aires, con una caída del ISER que llegó al 22,3 por ciento.

 

Por su participación en el PBI, esta región generó la mayor contribución a la caída del agregado macroeconómico.

 

En la Patagonia la merma fue del 11,7 por ciento. Algo para remarcar de esta región, con especial incidencia en Santa Cruz, es que sus principales actividades económicas -como la producción de hidrocarburos, la minería, la pesca y la ganadería– fueron declaradas esenciales desde el inicio de la pandemia.

Esto implicó que, protocolos específicos de por medio, pudiera sostenerse -en mayor parte- la actividad y los puestos de trabajo.

La Opinión Austral publica el resultado región por región, según el reciente informe elaborado desde la Secretaría de Política Económica del Ministerio de Economía de la Nación.

Patagonia

La región había iniciado el año con la decisión política de Nación de aplicar una rebaja de los derechos de exportación de las principales actividades, junto a un diferencial para aquellas producciones con valor agregado.

El objetivo estaba puesto en mejorar la canasta de bienes exportables y la ecuación de rentabilidad para las economías regionales, duramente golpeadas durante la Alianza Cambiemos.

 

Si bien luego vino la pandemia y con ella la caída de la demanda internacional junto a las restricciones de circulación, esas primeras decisiones políticas contribuyeron a amortiguar la crisis.

 

En la región es clave para la producción de alimentos (pesca y ganadería) y la generación de energía (hidrocarburos); las provincias de Santa Cruz, Chubut, Río Negro, Neuquén, Tierra del Fuego y La Pampa, fueron de las primeras en elaborar protocolos específicos para seguir trabajando. Aun así, la crisis se sintió.

 

Hidrocarburos, minería, pesca y ganadería: esenciales desde el inicio de la pandemia

 

En Patagonia, el ISER registró una caída de 11,7 interanual durante el segundo trimestre del año. El empleo registrado del sector privado, que explica el 7,3 del total nacional, disminuyó un 4,3 por ciento.

 

La región mostró una caída más moderada que el resto de las regiones donde el promedio de la merma fue del 5,1 por ciento.

 

“Algunas de las principales actividades productivas mostraron disminuciones importantes como el aluminio (-42,7 por ciento), la refinación de petróleo (-47,5) y la pesca (-18,5). La producción de peras y manzanas creció un 17,8 por ciento”, puede leerse en el informe publicado durante la segunda semana de octubre.

 

En el caso de la pesca, en el acumulado entre enero y agosto hubo una caída en la cantidad de especies capturadas cercana al 5 por ciento. Pero la actividad continuó. En Puerto Deseado, se registró un acumulado de capturas de 40.490 toneladas, y otras 16.000 toneladas desde Caleta Paula.

 

 

Donde más se notó la crisis fue en la venta de combustibles -principalmente por la reducción de la movilidad -, algo que se repitió en todas las jurisdicciones. El descenso en la Patagonia fue del 50,9 por ciento en naftas y un 37,6 por ciento en gasoil.

Como dato positivo, la región registró un incremento en la distribución del gas del 2,2 por ciento.
Según el ISER, la región recibió el 10 por ciento de los Recursos de Origen Nacional.

Noroeste

En el Noroeste argentino, el Indicador de las Economías Regionales registró una caída de 9,2 por ciento interanual, situación que profundiza el retroceso de los últimos siete trimestres a una tasa acumulada de 2,8 por ciento. “Como en el resto de las regiones, se trata de la peor caída desde 2004”, destacó el informe oficial.

 

El empleo registrado del sector privado, que explica el 7,5 por ciento del total nacional, descendió un 4,8 por ciento. Esta caída fue más moderada que en el resto de las regiones, excepto Patagonia que tuvo un mejor resultado relativo.

 

El presidente Alberto Fernández en la presentación del Plan Gas, en Vaca Muerta, el jueves 15 de octubre.

 

Las actividades agroindustriales en general presentaron números positivos. La producción de azúcar creció un 53,9 por ciento interanual durante el segundo trimestre del año. Por su parte, la cosecha de algodón también registró un alza importante en el mismo período.

 

En cuanto a vinos, las salidas autorizadas y las exportaciones avanzaron un 11,6 por ciento interanual. En contraste, la cosecha de soja mostró una caída de 9,2 por ciento.
La región recibió el 19 por ciento de los Recursos de Origen Nacional.

Noreste

En el noreste la caída del indicador fue del 12,2 por ciento interanual. Con una participación del 4,6 por ciento en el total nacional, el empleo registrado marcó un descenso del 5,6 por ciento.

 

Las actividades agroindustriales exponen cifras positivas. En el caso de la yerba mate, se observó un crecimiento del 4,6 por ciento.

“La cadena de valor yerbatera pudo llevar adelante la cosecha con cierta normalidad (con protocolos) y, a su vez, mantener el ritmo exportador del año previo”, destacó el informe del Ministerio de Economía.

La producción de algodón exhibió un crecimiento del 29,3 por ciento, mientras que la cosecha de soja creció un 33,5 por ciento interanual.

Durante el segundo trimestre del año, la región recibió el 15 por ciento de los Recursos de Origen Nacional.

Cuyo

En Cuyo, el retroceso fue del 11,4 por ciento. Con una participación del 5,9 por ciento sobre el total nacional, el empleo registrado se retrajo un 10 por ciento, la caída más importante a nivel regional.

La extracción de hidrocarburos y su refinación mostraron descensos del 22,6 y 26,2 por ciento, respectivamente. En contraposición, varias industrias declaradas como esenciales y de base agropecuaria crecieron.

“Se observó un aumento en la producción de frutas, la cadena vitivinícola mostró un buen desempeño, tanto por la suba en las ventas al mercado interno del 8,6 por ciento como en el externo”, explicó el informe oficial.

Los Recursos de Origen Nacional de las provincias que integran la región representaron el 9 de las transferencias del Estado.

Centro y Buenos Aires

El ISER registró una retracción del 22,3 por ciento interanual en la región de Centro y Buenos Aires, “un fuerte salto en la caída económica que ya acumula cuatro trimestres consecutivos”. Se trata de la retracción más importante del período 2004-2020.

 

Por su parte, el empleo registro tuvo una caída del 4,8 por ciento y el consumo de gas, otra merma del 4,7 por ciento. “La caída en la demanda se hizo sentir en la actividad industrial. Los sectores que exhibieron mayor retracción fueron el automotriz, el acero crudo y la refinación de petróleo.

“En contraste, varias industrias identificadas como esenciales y de base agropecuaria mostraron crecimiento, como la producción de leche cruda (9,9 por ciento), faena bovina (6,1), faena de aves (3,9). La excepción fueron el cultivo de soja y el aceite de soja, que disminuyeron un 11,8 y 0,4 por ciento, respectivamente”, destacó el informe del Mecon.

La región recibió el 47 por ciento de los Recursos de Origen Nacional.

Futuro

El Presupuesto 2021 es la hoja de ruta que tanto la oposición como el establishment le reclaman al Frente de Todos. El texto enviado al Congreso, que ya se discute en la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados, establece 5 lineamientos básicos para la recuperación económica: inclusión, dinamismo, estabilidad, federalismo y soberanía.

En 2021 habrá una inversión de 835.000 millones de pesos que impactará en todo el país

El federalismo es la clave y con él la distribución de recursos a través de la inversión pública. En el período 2015-2019, la inversión pública nacional experimentó una caída de 61 por ciento en términos reales, equivalente a una contracción de 1,6 puntos porcentuales en términos del PBI.

En 2019, la Inversión Pública Nacional fue solo del 1,1 por ciento del PIB. Este año 2020 cerrará en 1,3 por ciento del PIB y para el año 2021 se presupuesta una inversión pública del 2,2 por ciento del PIB. Esto supone una inversión de 835.000 millones de pesos que impactará en todo el país.

 

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