Ocurre en gran parte del país y es una actitud que se expande tanto como los contagios y las muertes por coronavirus. Pero detengámonos en el ejemplo de una ciudad del interior del país. Tomemos el caso de la localidad santafesina de Venado Tuerto.

Tras las medidas anunciadas por la gobernación frente a la explosión de casos de coronavirus y la crisis del sistema sanitario provincial, este fin de semana distintos sectores económicos que se ven afectados por las disposiciones de cese de actividades ya habilitadas, se concentraron y marcharon por la ciudad al grito de “No cerramos más”.

 

FOTO: ESPERANZA DÍA X DÍA

Hubo una importante participación y ninguna fuerza policial que les pidiera respeto por las medidas de distanciamiento. “¡A marchar por nuestro derecho a trabajar y vivir en libertad!”, convocaron.

El propio intendente municipal, Leonel Chiarella, apoyó la marcha y aseguró que “no es el momento de frenar la actividad productiva, comercial y los oficios de la ciudad, como así tampoco la actividad deportiva cuando implica un beneficio para la salud”. Y advirtió a la Gobernación que no pensaba clausurar ni multar a ningún comercio que no cumpla con las disposiciones provinciales.

También la Sociedad Rural de Venado Tuerto le brindó su apoyo al gobierno municipal: “Consideramos que suspender las actividades comerciales minoristas y mayoristas, oficios y las prácticas deportivas y físicas, no son la mejor decisión en estos momentos”.

Son tuertos. Deciden ver la pandemia con un solo ojo, el comercial. Poco y nada les importa la angustia y el ruego del personal de salud de su propia ciudad.

 

El último parte confirmó un salto de 9 a 49 casos positivos en esa localidad y los médicos alertaron: “Estamos al límite, tenemos miedo de no poder atenderlos”.

Según medios provinciales, Ramiro Aguilar, médico clínico y coordinador del 107 en el nodo Venado Tuerto, aseguró que la “curva de contagios está muy acelerada” y eso “nos pone al límite de la atención de salud”.

Afirmó que las instalaciones están pero “faltan recursos humanos para atender la emergencia”. Pidió a la población que se cuide porque “el sufrimiento que no es poco será mayor”.

Venado Tuerto y Firmat están al límite en cuanto a camas disponibles en la Unidad de Terapia Intensiva, con un 70 y 100 por ciento de ocupación respectivamente.

En tan solo una semana, en Venado aumentó un 50 por ciento la cantidad de pacientes que necesitaron ser hospitalizados. Mientras que en Firmat, de los últimos 30 hisopados practicados, 29 dieron positivos, lo cual marca la gravedad que atraviesa la capital provincial de la maquinaria agrícola.

El sistema sanitario está por colapsar en distintos lugares del país, incluso en muchos que abrieron las actividades antes de tiempo y ahora no se animan a volver a cerrarlas. No se animan o no quieren para no pagar los costos políticos.

Algunos gobernadores e intendentes fueron muy rápidos a la hora de reabrir actividades y quedar como “los buenos de la película”. Ahora que están abrumados por el aumento de contagios y le piden al gobierno nacional que le envíen personal sanitario, no quieren volverse “los malos”.

Debería alcanzar -más bien sobrar-, con las palabras y pedidos desesperados del personal de salud para que gran parte de la sociedad reflexione y extreme los cuidados para no contagiarse.

Pero parece que no es así.

Las siguientes son las palabras, no se un médico o enfermero que está agotado y angustiado por lo que ve diariamente, sino que pertenecen a un periodista, Gustavo López, que pasó la experiencia de enfermarse y ser internado por Covid-19.

“Yo estuve en una clínica que no sé ni dónde queda, fui y volví a mi casa en ambulancia, no vi nada. A los médicos no les conocí la cara, yo veía dos astronautas.

“Lo de los médicos es tremendo. Yo quería contar la situación porque estamos en septiembre y hasta febrero esto no tiene solución. Quiero que mi relato sirva para que la gente se cuide. Porque no es joda. Yo veía el video de Chapelco, la gente diciendo que el coronavirus no existe, y es como grabarse a 200 kilómetros por hora por la General Paz.

“Son idiotas, no se dan cuenta lo que hacen. Yo los vi a los médicos extenuados, cansados, llevan cinco meses laburando de verdad. Se les enferman los camilleros, los ambulancieros… Es muy difícil la situación, la enfermedad, y me preocupa que no termina, todo los días es peor”.

A los tuertos estas experiencias no les alcanza. Quizá porque creen que no les va a tocar.

El doctor en Ciencias Sociales Daniel Feierstein analizó en estos días el fracaso de las medidas de cuarentena en el país y armó un intenso debate. Y dejó una frase contundente: “El responsable está cuidando al irresponsable y éste está jodiendo a todos”.

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