Este lunes trascendió una noticia que llamó la atención de todo el mundo y que asegura que el núcleo interno de la Tierra se detuvo y cambió el sentido de su rotación. Ahora, un científico argentino asegura que eso es imposible y que se trata de un error de interpretación.

El estudio publicado en la revista Nature Geoscience, pertenece a Yi Yang y Xiaodong Song, dos investigadores de la Universidad de Pekín, y derribaría lo que se pensaba hasta ahora, que el movimiento del núcleo interno es constante y hacia adelante.

Pensamos que el núcleo central está, respecto a la superficie de la Tierra, en rotación hacia una dirección y luego hacia la otra, como un columpio”, dijeron los sismólogos y afirmaron: “Nos quedamos bastante sorprendidos”.

Aunque saben que los resultados podrían no ser la última palabra. “Sigo pensando que estamos a punto de resolverlo”, dijo John Vidale, sismólogo de la Universidad del Sur de California en Los Ángeles. “Pero no estoy seguro”, agregó en diálogo con Nature.

“Es imposible que el núcleo de la Tierra se detenga”

Augusto Rapalini, investigador superior del Conicet y director del Departamento de Geología de la Facultad de Ciencias Exactas (UBA), tiene una mirada crítica al respecto al hallazgo y asegura que “el núcleo interno rota igual que la superficie de la Tierra y a la misma velocidad”. Para Rapalini existió “una mala interpretación del estudio original de Nature que hicieron los investigadores chinos de la Universidad de Pekín”.

Rapalini explicó que hace 40 años nadie se preguntaba si rotaba más rápido o lento. “Pero estudios más avanzados en los últimos años han comprobado distintas mediciones sobre la velocidad del núcleo interno de la Tierra. Los mismos analizan cuanto tardan las ondas sísmicas en recorrer distintos puntos del planeta”, expresó en dialogo con Infobae.

“Los investigadores chinos estudiaron este patrón reciente con los registros sísmicos de Alaska y de las Islas Sándwich del Sur que se remontan a 1964 y parece estar asociado con un retroceso gradual del núcleo interno como parte de una oscilación de aproximadamente siete décadas”, agregó a este medio el experto.

Y siguió: “Estas ondas sísmicas, que en definitiva es energía que atraviesa un punto registrado en la superficie terrestre, que se propaga por el núcleo y vuelve a emerger del otro lado del planeta en otro punto del manto, varían. Las mismas son registradas y pueden indicarnos la velocidad de este núcleo interno. Estudios anteriores muestran que el núcleo interno rotaba un poquito más rápido que el manto terrestre que pisamos. Le sacaba una vuelta en 400 años, aproximadamente. Otros estudios bajaban esos valores a menos y hablaban de 4000 años”.

Rapalini utilizó una metáfora para dar a entender sus argumentaciones y advirtió que se trata de perspectivas. “Aquí hay un concepto erróneo desde el punto de vista desde donde se observa el cambio de velocidad terrestre. Es como el efecto del auto en la ruta. Uno pasa un auto porque va más rápido. Pero eso no significa que el auto que uno pasó se detuvo o que comenzó a ir para la dirección opuesta”, dijo el experto.

“Es como clavar un banderín en el núcleo interno y observarlo desde la superficie. Si ésta va en una velocidad más rápida, no significa que el banderín va para atrás. Puede ocurrir que la velocidad del núcleo interno sea más lenta que la que la observamos en la superficie”, detalló.

En este sentido, señaló que “este trabajo de investigadores chinos no encuentra la mayor velocidad. Son estudios parados en investigaciones de los últimos años. Pero es muy poco tiempo, comparado a la evolución terrestre. Y es imposible que ocurra que el núcleo interno terrestre se haya detenido o gire en dirección opuesta a la rotación terrestre. Es físicamente imposible”, sostuvo.

El estudio que asegura que el núcleo de la tierra se detuvo y cambió de rotación

El núcleo de la Tierra, una esfera caliente del tamaño de Plutón ubicada a unos cinco mil kilómetros de la superficie y constituido esencialmente de hierro, cambia su sentido de giro, según un estudio difundido este lunes.

“Pensamos que el núcleo central está, respecto a la superficie de la Tierra, en rotación hacia una dirección y luego hacia la otra, como un columpio”, dijeron Xiaodong Song y Yi Yang, de la Universidad de Pekín, autores del estudio.

Este “planeta dentro del planeta” dejó de girar e incluso lo estaría haciendo hacia el otro lado, según sugirió el estudio publicado en la revista académica Nature Geoscience, difundido por la agencia AFP.

El mecanismo exacto de rotación de esta esfera, libre de movimiento ya que flota en el líquido del núcleo externo, sigue siendo difícil de descifrar, y lo poco que se sabe se basa en el análisis de las ondas sísmicas, provocadas por los terremotos, cuando pasan por el centro del planeta, explicaron los investigadores.

De esta manera, los científicos analizaron ondas sísmicas repetidas desde principios de la década del 90 y demostraron que “todas las trayectorias que anteriormente mostraban cambios temporales significativos mostraron pocos cambios durante la última década“.

“Este patrón globalmente consistente sugiere que la rotación del núcleo interno se ha detenido recientemente”, explicaron.

Y agregaron que, compararon ese patrón reciente con los registros sísmicos de Alaska de los dobletes de las Islas Sandwich del Sur que se remontan a 1964, y, al analizar los datos de las ondas sísmicas en las últimas seis décadas, concluyeron que la rotación del núcleo “casi se detuvo hacia 2009 y luego giró en dirección opuesta”.

“Un ciclo completo -en una dirección y en la otra-, de este movimiento dura alrededor de siete décadas”, describieron los especialistas.

El último cambio de rotación, antes de este de 2009, había ocurrido a principios de los años 1970, y el próximo tendrá lugar a mediados de los años 2040, completando el ciclo.

Este movimiento se ajustaría más o menos a los cambios en la duración del día, ínfimas variaciones en el tiempo exacto que la Tierra necesita para efectuar una rotación sobre su eje, añadieron.

Hasta la fecha, hay pocas indicaciones sobre la influencia de esta rotación en la superficie terrestre, pero los dos autores se mostraron convencidos de que existen vínculos físicos entre todas las capas que componen la Tierra.

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