Por Jorge Cicuttin

La unidad. Alberto y Cristina, presidente y vice, volvieron a compartir un escenario ante sus votantes y dejaron en claro sus posiciones, sin cartas públicas ni mensajes por las redes. Directo, sentados ambos y mirándose a los ojos. “Tranquila Cristina, no vamos a negociar nada que ponga en riesgo eso (el crecimiento y el desarrollo social); no tengas miedo“, dijo el presidente, después de que la vicepresidenta reclamara: “Que los partidos le digan al FMI que no se va aprobar ningún acuerdo que no contemple la recuperación de la economía”. En definitiva, hubo unidad en medio de la diferencia de tonos.

El acuerdo sin ajuste salvaje. Negociar con el Fondo es absolutamente necesario para llegar a un acuerdo por una deuda claramente impagable en las condiciones que contrajo la gestión de Mauricio Macri. “La Argentina del ajuste es historia”, dejó en claro Alberto, “no se negociará nada que signifique poner en riesgo el crecimiento y el desarrollo social” del país, advirtió. “Presidente, yo sé que tenemos muchas dificultades pero siempre digo que ante las grandes adversidades, grandes acciones. Digámosle al Fondo que nos ayude“, expresó antes Cristina.

El compromiso con la producción y el trabajo. En el acto quedó en claro frente a la multitud una coincidencia innegociable entre Alberto y Cristina: no se aceptará un acuerdo con el FMI “a la griega”. El Fondo obligó al país europeo a reducir el gasto público y el consumo a un nivel de “subsuelo”. Un espejo que obliga al gobierno argentino a sentirlo inaceptable. El viernes Cristina le propuso al presidente que “convoque a todos los partidos políticos con representación parlamentaria para que, todos unidos como argentinos de bien, le digamos al Fondo que no se va aprobar ningún plan sino el que permita esta recuperación económica”.

Que el Fondo acepte su responsabilidad. Tanto en Plaza de Mayo como en las negociaciones en Washington, el gobierno insiste con que el FMI debe reconocer que es corresponsable en esta deuda impagable. El dinero que le dio a la administración macrista violó hasta las propias reglamentaciones del Fondo.

“Muchas veces el FMI le soltó la mano a presidentes argentinos y así puso en crisis la institucionalidad de la Argentina (…) Si el FMI me suelta la mano, voy a estar tomado de la mano de cada uno de ustedes, de cada argentino y de cada argentina“, sostuvo Alberto.

Cristina fue más directa al recordar que el “FMI le soltó la mano al gobierno naciente de la democracia, pero no lo hizo con el que vino después de nosotros (Macri) al que le pusieron toda la tarasca (…) “Pusieron 57 mil millones de dólares para ganar las elecciones y no pudieron torcer la voluntad del pueblo”.

El alineamiento ideológico en la región. Las presencias y las palabras que dijeron en Plaza de Mayo Lula y Pepe Mujica marcan donde se para este gobierno en los alineamientos regionales. Si algo faltaba para confirmarlo fue la furiosa respuesta de Jair Bolsonaro a la presencia en el acto de quien las encuestas se animan a decir que será el ganador en las elecciones presidenciales brasileñas del 2022. Las fotografías entre los líderes sudamericanos replicaron las históricas imágenes en las que aparecían marchando junto a Néstor Kirchner.

Dos datos al margen. Una multitud se hizo presenta en la Plaza de Mayo. La Cámpora y organizaciones sociales y de defensa de los derechos humanos marcharon a la cabeza, pero lo que marcó la diferencia fue la enorme presencia de ciudadanos que llegaron sin una pertenencia clara a estas organizaciones. Mucha “gente suelta”, se suele decir en las marchas. Muy parecido a las movilizaciones históricas de los 24 de Marzo.

El otro dato, desde la oposición política y mediática se criticó que el peronismo-kirchnerismo se “apropió” del Día de la Democracia y los Derechos Humanos, cuando es algo que pertenece a todos. Ocurre que para apropiarse de algo, esto fue dejado de lado u olvidado por otros. El gobierno no es responsable de que durante los cuatro años de gobierno macrista no se haya movilizado por la Democracia y los Derechos Humanos. Como tampoco es culpable de que el radicalismo esté más dedicado a pelearse entre sus distintos dirigentes por ver quien toma el poder del partido que por homenajear a Raúl Alfonsín a 38 años de su llegada a la Rosada.

Periodismo y “lawfare”

En un excelente trabajo periodístico, La Opinión Austral desenmascaró a un personaje siniestro: Marcos Herrero, el coleccionista de huesos detenido hace ya nueve días en la provincia de Mendoza. Con él cayeron distintas operaciones para ocultar la verdad en causas muy dolorosas. Pero no solo eso, este diario publicó en exclusiva y con lujos de detalles como se hizo polvo la denuncia de las diputadas opositoras Mariana Zuvic y Paula Oliveto para que se investigue a Cristina Kirchner y su hijo Máximo, porque un descubrimiento de “dólares termosellados” seguramente se trataba de dinero mal habido que le hicieron ganar a Lázaro Báez. Todo por una investigación del detenido Herrero.

Finalmente resultó que los billetes eran del juego El Estanciero. El juez federal de Río Gallegos, Claudio Vázquez, resolvió archivar la denuncia por inexistencia de pruebas, dejando a las legisladoras en medio de un verdadero bochorno.

Claro que esta noticia que brindó La Opinión Austral no mereció despliegue en los principales medios del país. Algo tan penoso como esperable.

En el acto del viernes, Cristina aprovechó la presencia de Lula para volver a llamar la atención sobre el “lawfare” y la complicidad de algunos medios. Cristina y Lula, dos claros ejemplos de la utilización de la Justicia para perseguir a contrincantes políticos.

El papelón de la denuncia opositora sobre los “billetes de El Estanciero” es una clara muestra de estas operaciones.

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