Un día como hoy, Néstor Carlos Kirchner (53) asumía la Presidencia de la Argentina, luego de haber obtenido apenas el 22 por ciento de los votos, que lo consagraron cuando Carlos Menem se bajó de la segunda vuelta.

Daniel Scioli fue su compañero de fórmula, con quien el 27 de abril el Frente para la Victoria obtuvo 4.312.517 votos.

La historia quiso que su jura coincidiera con el aniversario de la Revolución de Mayo, una de las fechas patrias más celebradas por el kirchnerismo.

Con Fidel Castro, Hugo Chávez y Lula da Silva, entre otros miembros del bloque latinoamericano que entonces comenzaría a soñar con una mirada regional, el sureño, desconocido para una inmensa mayoría, se calzaba la banda y se fundía en un abrazo de pueblo, que lo acompañaría hasta su muerte, siete años más tarde.

Néstor Kirchner, acto en el Boxing Club.

Un Néstor genuino, desenfadado, al que no le gustaban los protocolos, terminaba hace diecisiete años con una transición que duró casi un año y medio, después de una de las crisis políticas y sociales más profundas, provocada por una alianza neoliberal, que dejó al 54 por ciento de los argentinos y argentinas a la intemperie de las políticas publicas, sumidos en la pobreza y una desocupación del 25 por ciento, el hambre atravesando las infancias y un tendal de muertos por la represión de un Estado duro con los más débiles y blando con los poderosos.

Eduardo Duhalde permaneció con gesto adusto durante toda la ceremonia en el parlamento. Semanas antes circuló una campaña de desprestigio que pretendía instalar la idea de una transición continua, con afiches donde aparecía Duhalde sentado y en su regazo, un Kirchner hecho títere.

No lo imaginaban.

Conceptos como el de movilidad social ascendente, no pagar la deuda con el hambre de la gente, o reivindicando la memoria colectiva para aprender de los errores, arrancaron fuertes aplausos para ese hombre de trajes cruzados en demodé, que luego intentaría subirse a un Cadillac junto a su esposa, Cristina Fernández, y su hija Florencia, aunque sin lograrlo. Antes que eso, se mezcló entre la gente y un fotógrafo le provocó un corte en la frente con el golpe de una cámara.

“Renunciemos a la mezquindad y al resentimiento de los internismos. Todos debemos ponernos la patria al hombro porque los tiempos se acortan”, había dicho el día de la asunción, durante la ceremonia del tedeum el cardenal Jorge Bergoglio, quien en la actualidad es el jefe de la Iglesia Católica.

 

Fue el primer presidente que salió de Santa Cruz, pero también el primero de la Patagonia, que entonces, era vista como algo lejano y excéntrico, en un mapa federal que le debía todavía muchas obras de infraestructura.

Antes que eso, había sido intendente de su ciudad, Río Gallegos, y también durante tres periodos gobernador con más del 60 por ciento de los votos, en un transcurrir político en el cual fundó la básica Los Muchachos Peronistas y el ateneo Juan Domingo Perón.

 

Lupo, como le decían en Santa Cruz, asumió con una deuda externa de más del 150% del PBI. Deuda que, con los organismos de créditos internacionales, pagó y jamás su gobierno volvió a convocar a nadie para pedir auxilio.

“Un día como hoy, hace 17 años, junto a Néstor Kirchner comenzábamos a transitar un camino que cambió a la Argentina y la puso nuevamente de pie. Los argentinos y las argentinas sabemos cómo levantarnos, porque ya lo hicimos muchas veces. Vamos a hacerlo una vez más”, escribió anoche el presidente Alberto Fernández, que fue su jefe de Gabinete durante toda la gestión.

Tal vez haya algo de cierto en esto de que Argentina es un país circular, en donde las crisis se repiten y haya quienes se empecinan en llamarlo infortunio u obra del destino. Lo cierto es que hoy, a 17 años de la irrupción de un pinguino en el Gobierno Nacional, Fernández también asume una tarea cuesta arriba y de reconstrucción.

El de Néstor Kirchner, fue un gobierno que impulsó un proceso de transformación colectiva y adquisición de más derechos, pero también un cambio cultural, aquel que probablemente todavía esté en proceso porque, de haberse consolidado, las mayorías no hubiesen elegido en una dirección completamente antagónica en 2015, una que dejó al país en condiciones similares a las que lo dejó la llamada “Alianza” en 2001, o incluso peor.

 

“SE INAUGURABA UN CAMINO DISTINTO”

Alfredo ‘Freddy’ Martínez, ex senador.

“Ya pasaron 17 años de ese día. En ese momento los argentinos veníamos de un periodo sumamente complicado, el Congreso había conducido una salida posible a la crisis del 2001-2002 y Néstor asumía con un porcentaje del 22% de los votos. Esa era la realidad que imperaba”.

“Por eso veo la importancia que tuvo la actitud que asumió el Congreso en esos días, independiente de no transitar por la misma línea. Conscientes de la tarea que teníamos que realizar, le otorgamos las leyes que solicitó para gestionar la salida a la crisis. Pero sin dudas recuerdo que, con luces y sombras, se inauguraba un camino distinto”.

 

“ES PENSAR EN EL SENTIMIENTO DE LAS MAYORÍAS”

“Pensar en Néstor, a 17 años de su asunción como presidente, es pensarnos a nosotros como la sociedad que soñamos. Es pensar en el sentimiento de las mayorías. Creo que Néstor resumió esa expresión de pueblo soberano, dueño de sus decisiones”.

“Su figura perdura y su huella política dejó una estela fuerte, una vara alta. Creo que hoy Alberto está demostrando haber sido un buen aprendiz y creo que eso lo debe llenar de orgullo”.

“Cuando pienso en la asunción, me viene toda la emoción de aquel momento, nosotros arrancábamos en Caleta con una gestión nueva, con ganas de transformar, y él fue un gran impulso”.

 

“MILITANCIA CON CORAZÓN Y MUCHO AMOR”

 

Pablo Grasso, intendente de Río Gallegos.

“Momentos únicos, irrepetible e inolvidables. Néstor es aprender de la política como herramienta de la transformación, de no dejar nada suelto, de ocuparse siempre y dedicarse en todo momento a la demanda de la gente”.

“Acordarse de él es saber que estamos para resolver, trabajar sin pausa y tomar esta tarea militante con el corazón y mucho amor”.

 

“NÉSTOR SIEMPRE ME CONMUEVE”

Cecilia Velázquez, presidenta del Consejo Provincial de Educación.

“La figura política, humana y el liderazgo de Néstor, Lupín, siempre me conmueve. Para su nacimiento, cuando recordamos la obra de gobierno, su coherencia, la forma en la que creyó en el pueblo siempre e hizo que el pueblo creyera en él, cómo compartió su gobierno, sus políticas. Me conmueve cómo ejerció el poder, el convencimiento de igualdad para con los humildes, la vigencia de su legado y cómo hizo que la juventud retomara la posibilidad de soñar un país justo, igualitario, grande, digno. Me conmueve su entrega y la voluntad de su generación, la que él pudo sintetizar. A mí, Néstor Kirchner, Lupín, siempre me conmueve”.

 

“NÉSTOR, POR SOBRE TODAS LAS COSAS, ES IDENTIDAD “

Andrés Cirnigliaro, presidente de Enarsa.

“Es un verdadero honor poder aportar algo para recordar a Néstor Kirchner. Para aquellos que por una cuestión etaria crecimos, o que más bien nos formamos políticamente en esos años, Néstor, por sobre todas las cosas, es identidad”.
“Con Néstor se resignificaron los principios y valores políticos en nuestra época, recuperando los principios y valores del peronismo. Personalmente, logré identificarme políticamente con eso. De hecho, quien soy hoy como militante político, como persona y los principios que defiendo, sin dudas tiene que ver con la irrupción de Néstor en la escena nacional en 2003”.

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