Hace unos días, durante una disertación on line, el coordinador del Censo Agropecuario Nacional (CNA) 2018, Roberto Bisang, puso bajo la lupa algunos números que había arrojado el relevamiento.

Entre ellos, hubo uno que llamó mi atención pensando en la provincia, no porque sea una novedad, sino porque lo pone sobre la mesa crudamente. Entre las cosas que habían cambiado desde el último censo en 2002, Bisang apuntó que había 17 millones de hectáreas menos en producción y que la mitad de ese recorte, se debía a unas 9 millones de hectáreas que se limpiaron de un plumazo en las provincias patagónicas, mayormente Santa Cruz y algo de Chubut.

 

 

Consultado por Santa Cruz Produce, suplemento de producción, industria y comercio de La Opinión Austral, Bisang preparó algunos datos más que le habían llamado la atención de la provincia, y como disparador, apuntó: “Si se toman los censos de 1988, 2002 y 2018, lo que salta a la vista es la caída en la cantidad de Explotaciones Agropecuarias (EAPs) relevadas. En 1988 eran 1.114, en 2002 eran 947 y ahora apenas 596. Es preocupante porque da cuenta de un proceso de largo plazo”.

 

Roberto Bisang analizó la matriz productiva del agro santacruceño.

 

Lo segundo que apuntó Bisang: “Como observador externo, porque no soy experto en economía agraria del sur del país”, es que “cuando pongo en perspectiva a Santa Cruz respecto de Chubut, veo que Santa Cruz tiene un perfil muy concentrado en ovinos y con poco de bovinos, en cambio, Chubut tiene estas producciones pecuarias, pero además tiene producciones de baja escala asociadas a frutas finas y horticultura”. Esto da “otra densidad a la producción agropecuaria y otro perfil de productores en base al tamaño de los establecimientos”.

 

Santa Cruz tiene un perfil muy concentrado en ovinos y con poco de bovinos

 

Santa Cruz pasó de entre 18 y 21 millones de hectáreas trabajadas a 13 M/ha registradas en el Censo, con muchas estancias cerradas y sin personal. Son varias las causas de esta reducción. “Inestabilidad en el mercado lanar. El volcán que pegó duro. Los depredadores naturales como pumas y perros salvajes, y el tema del guanaco que compite por el pasto con las ovejas”, detalló.

La tercer cuestión es la concentración. Hay más de 210 EAPs de más de 10.000 hectáreas y hay 182 de más de 20.000 hectáreas, lo que suma un total de 8,8 millones de hectáreas de establecimientos con estas dimensiones, sobre un total de 13 M/ha. “O sea, prácticamente no hay explotaciones agropecuarias de menos de 1000 hectáreas, ni hablar de 30-50 donde se haga huerta o algún similar”, dijo el economista.

Perfil del productor

Al poner el foco en el perfil de productor de Santa Cruz, Bisang contó que, de los casi 600 establecimientos existentes, El 57% tiene Internet. 359 usan computadora, lo que la coloca por encima del 35% que es el promedio nacional. Lo mismo al cuantificar si llevan registros contables y alguna gestión técnicoadministrativa. Se hace en unas 500 EAPs (84%), un número que también está por sobre la media nacional (59%).

Pero además se observa “un perfil de producción lanera, con poca manufacturación, pocos establecimientos que generan hilados y tejidos, mientras que en otras provincias, y otras actividades, se hace una industrialización de primera agua en el propio establecimiento”, explicó Bisang.

Riego que daría vida

El último punto que destacó el economista fue la casi inexistencia del riego. “Lo pongo sobre la mesa para discutirlo, pero es un tema neurálgico porque sin riego no hay posibilidad de producir más pasturas que las que se surjan con el agua de lluvia” por lo que cree que “no se puede pensar en diferir alimento para momentos en los que escasea, y la ganadería queda a merced del secano, esto se ha manejado diferente en otras provincias como Chubut, Río Negro y Neuquén”, repasó.

Sin riego es más difícil dar otra “densidad” a la matriz de producción agroindustrial de la provincia. Seguirá siendo casi exclusivamente ovina, sin emprendimientos hortícolas, ni producción de leche o granjas.

 

Sin riego no hay posibilidad de producir más pasturas que la natural

 

“Cuando uno ve que gran parte del abastecimiento de productos frescos se producen y traen en grandes volúmenes desde centros de producción a 1.200 kilómetros, la pregunta que se haría cualquiera es ¿hay desarrollo potencial en cultivos bajo cubierta durante varios meses del año para abastecer la zona?”, opinó Bisang.

Para Roberto Bisang no es imposible el cambio. Recordó que “tampoco Santiago del Estero era fértil hasta que apareció un modelo de producción que lo volvió compatible con determinadas actividades, tampoco el oeste de San Luis era maicero y hoy se produce maíz”.

De esta forma, resalta que “no es que pretenda que la Patagonia sea un vergel, pero entre el potencial y la realidad” hay un medio. Máxime cuando hay demanda. “Con capitales y tecnologías, lo que falta es la construcción de un puente que traduzca potencialidades en un mecanismo atractivo de precios que le haga mover la rueda sobre la base de una explotación sustentable de recursos naturales”.

Como sugerencia, Bisang recomendó ver qué cantidad de tierras fiscales hay porque podrían destinarse a apalancar el desarrollo del riego. “Algo se hizo en Chaco y en Formosa y es una llave que tiene el Estado a mano que en este caso permitiría desarrollos de mediana y baja escala, porque hoy sobran tierras, falta agua que podría resolverse con riego”, concluyó.

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