“Porque un año tan singular no puede, y no debe, ser tratado como un año ordinario. En caso de duda, es mejor abstenerse que persistir”, publicaron las redes oficiales de la revista organizadora.

“Desde una perspectiva deportiva, dos meses (enero y febrero) de los once que generalmente se requieren para formar una opinión y decidir quién debería alzarse con el trofeo, representan muy poco tiempo para evaluar. Tampoco hay que olvidar que los partidos que se disputaron o que se disputarán, serán bajo condiciones que no son las usuales: a puertas cerradas, con cinco cambios, la fase decisiva de la Champions League se jugará a un solo partido”, explicó Pascal Ferré, editor del magazín.  

 

 

 

 

“Todos los que peleen por el premio no estarán ‘en el mismo barco’, algunos habrán visto sus temporadas recortadas. Entonces, ¿cómo podríamos establecer una comparación justa? Para evitar cálculos y proyecciones complejas, elegimos la ‘menos mala’ de las alternativas”, concluyó.

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