Dora quedó en la calle. Asegura que, desde mayo del año pasado, su vivienda fue usurpada. Desde entonces debió pernoctar en bancos de plaza y hoy recibe la asistencia de un particular, para tener donde dormir. Hay denuncias, sigue pagando impuestos, y dice: “no hay justicia”, reclamando por su casa.
Dora es una señora mayor, pensionada. En 2018 falleció su hermana. No compartían un vínculo sanguíneo, pero sí sentimental. Al pasar por la redacción de La Opinión Zona Norte dejó copias del certificado de defunción de la mujer, su documento, fotografías varias de índole familiar, y otras que guardan relación con los presuntos usurpadores de su vivienda.
Entre los documentos que tiene en su poder, se encuentran datos del área de Tierras de la comuna caletense, en donde se ve reflejado que su hermana era la propietaria del inmueble emplazado en calle Guillermo Siekeman del barrio 3 de Febrero. Ella, en tanto, asegura que vivía en una casilla “bien construida” que se encuentra en el fondo del lote.
“La casilla está bien armada, y tiene todo. Tiene gas, luz, agua, baño, mis muebles, la cocina, heladera. Todo. Yo vivía ahí y en la casa vivía mi hermana con su nieta, que es madre de niños pequeños”, destacó.
El caso es que la propietaria falleció el 5 de marzo de 2017. Desde entonces, Dora pagó los impuestos y servicios del lugar y continuó su vida allí. “Hay muchas pruebas del parentesco, si estuvimos juntas hasta el último momento. Su cuerpo me lo entregaron a mí, para sepultarla”, indicó.
Una tarde salió a comprar a un almacén cercano. A su retorno, se encontró con que no podía abrir las puertas. “Una vecina me dijo que se había metido una pareja. No pude ni sacar mi ropa”, relató. Junto a la nieta de su hermana radicaron una denuncia en Fiscalía, el 30 de mayo de 2018, y en agosto se abrió una causa penal que lleva el número de expediente 21844/18.
Según Dora, la pareja de presuntos usurpadores fue secundada por un tercero. La mujer asegura que se trata de un efectivo policial, y relata que vecinos “que lo siguieron” vieron cómo “mató a tiros al perro de mi hermana, camino a Cañadón Seco”. La nieta de la mujer fallecida, “ya no quiere saber nada, no quiere problemas”, pero Dora no tiene adónde ir. “Al menos que me den lo mío, pero en este país no hay Justicia”, enfatizó.
Por último, señaló que la última boleta de gas que pagó, de la misma propiedad, superaba los 4.000 pesos. “Hace dos meses que no pago, porque lo estoy haciendo para que otros vivan ahí. No es justo”, recalcó. La mujer decidió hacer público el caso y reclama que la Justicia “haga algo”, y no descarta otras denuncias en el fuero civil.