Los festejos del día del trabajador municipal del 2017 terminaron empañados en Río Gallegos, tras conocerse el deceso de un hombre que se desempeñaba en el área de Obras Públicas que fue brutalmente asesinado por sus compañeros.

Se trata del caso de Juan Carlos “Charly” Bautista, un hombre que fue brutalmente asesinado en el portal de su casa ubicada en el pasaje Los Hornos al 500, en el corazón del barrio del Carmen de nuestra ciudad capital hace, exactamente, cuatro años.

Por estos días, “El Cabezón” se encuentra alojado en la Unidad Penitenciaria Nº 2.

En la previa del homicidio, los compañeros de Bautista se habían juntado a hacer un asado en otra casa, emplazada a pocas cuadras del cementerio local, lugar donde -casualmente- luego terminaría enterrado el trabajador municipal.

Durante la tarde, los “amigos” de Bautista hicieron un asado. Hubo alcohol y drogas y, alrededor de la una de la madrugada, fueron a la casa de su compañero a pedirle que se sume a los festejos, solamente con la excusa para que preste un poco de plata.

Bautista hacía poco había sacado un crédito y, con parte del dinero, se había comprado un Renault Logan. El resto de la plata la tenía guardada adentro de un guante que estaba en el interior del baúl del mencionado auto.

En este punto aparecieron quienes terminaron con la vida de Bautista: Christian “El Cabezón” Marshall y Miguel Ángel “Bocha” Saldivia. Ellos, a bordo de un auto y con otro amigo, fueron a la casa de su compañero para invitarlo, pero éste dijo que “no tenía ganas”.

La situación podría haber terminado allí pero, unas horas después, volvieron a la casa que Bautista alquilaba y ocurrió lo peor. Algo que se fue de las manos y que terminó con la vida del hombre. Tras romper la puerta con, aparentemente, una barreta, golpearon hasta al cansancio al trabajador de la comuna, dejándolo agonizando, para luego llevarse el Logan y dejarlo abandonado en uno de los pasillos del barrio 366 Viviendas.

El día después, el cuerpo de Bautista fue encontrado por los vecinos de la zona. Algunos habían escuchado los gritos pidiendo ayuda pero no le dieron importancia. Las averiguaciones estuvieron a cargo de la Comisaría Sexta, incluso todos los que habían ido al asado habían sido llamados a declarar, entre ellos Marshall y Saldivia.

“Bocha” fue detenido el día después. Distinta fue la historia de Marshall: él fue atrapado dos meses después, en la mañana del 6 de enero del 2018, cuando se escondía en la casa de su mamá, en el barrio 2 de Abril. “La única macana que me mandé fue escaparme de la Policía” aseveró luego a La Opinión Austral, cuando fue entrevistado desde la Unidad Penitenciaria Nº 2, lugar en el que actualmente se encuentra detenido.

El juicio en la Cámara Oral se hizo en septiembre del 2019. Saldivia tenía asesoramiento de la defensoría oficial, en tanto Marshall contaba con Carlos Muriete y Gabriel Bertorello como abogados. Finalmente, ambos fueron condenados a 18 años de prisión.

Pese a la sentencia dictada por el tribunal, los ahora condenados presentaron en su momento los recursos para que revean su sentencia. En el caso de Marshall, ahora cuenta con el asesoramiento de la abogada Gabriela Torres quien decidió no hablar con la prensa.

 

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