El pasado lunes 12 de abril la localidad de Perito Moreno celebró el centenario de la Escuela Provincial N° 12 “Remedios de Escalada de San Martín”, nacida en momentos de mucha convulsión en esta parte del país, como lo fueron los episodios de las huelgas obreras de 1921.

Por entonces, iniciaba sus funciones una institución educativa que desde aquellos momentos acompañó el crecimiento de la población, llegando incluso a traspasar su función educativa para convertirse definitivamente en un espacio social determinante en lo que vendría para esa incipiente comarca.

Si bien no se pudieron llevar a cabo actividades con afluencia de vecinos, lo cierto es que se promovieron acciones a lo largo de los últimos meses e incluso se pudo realizar el acto oficial, que contó con los protocolos necesarios de sostener en estos tiempos de pandemia que atravesamos.

 

En diálogo con Radio LU12 AM680, Adriana Sanhueza, directora del establecimiento educativo, repasó la historia de la escuela, recordando en primera instancia: “A la zona donde vivimos se la denominaba Pari Aike, lugar de juncos, donde los indios tehuelches buscaban calor, el hogar y la alimentación suficiente para subsistir. Con el paso del tiempo se fue poblando de hacendados de distintos campos que se fueron repartiendo a medida que los inmigrantes iban llegando a la Argentina y se iban asignando estas tierras”.

 

La directora de la Escuela Remedios de Escalada de San Martín, Adriana Sanhueza.

 

Adriana Sanhueza contó que de aquellos primeros tiempos aún conservan el primer registro de los primeros once alumnos. “Todavía lo tenemos en nuestras manos, el de 1921, donde encontramos la nacionalidad de cada uno de esos chicos, italianos, españoles, árabes, y eso explica de alguna manera el origen de esta escuela, que respondió a la demanda de esos pobladores que al empezar a formar sus familias y a tener chicos necesitaban que estos fueran educados. Y sólo muy pocos potentados podían acceder a un maestro particular conviviendo con la familia en el casco de la estancia. Eso era muy típico en la zona, por eso se crea la escuela y ahí empieza esta historia que hoy recordamos”, esbozó la docente.

 

A diferencia de otras localidades, en donde la educación en muchos casos llegó también promovida por salesianos, allí el asunto fue abordado decididamente por el Estado.

“En nuestra zona narró- es particular este surgimiento porque no fue un primer asentamiento diocesano o salesiano el que tuvo que ver con todo esto, sino que directamente fue el Estado Nacional el que respondió. Esta zona se encontraba bajo la tutela de la gobernación del Chubut, estamos hablando de territorios nacionales, y si vemos que en 1921 se creó la escuela, y recién en los años 50 se crea la provincia, advertimos que hay un gran bache entre una cosa y otra. Entonces, antes de ser Perito Moreno había Escuela N° 12, y antes de ser provincia de Santa Cruz, también”.

 

Escocia. Angus y Marie y el recién nacido William, padre de Ángela y Diana.

 

Testimonios de la época dan cuenta de que el edificio inicialmente era muy pequeño, de 50 x 50 metros más o menos, tenía una sola aula y contaba también con una casa para el maestro.

Posteriormente, en el año 1927, el escocés Angus Macpherson es quien dona al Consejo Nacional de Educación el terreno para que se pueda seguir desarrollando la institución.

En este sentido, Sanhueza agrega: “La escuela funcionó en tres lugares antes de que quede en éste último espacio que es donde se hace la construcción que conocemos y donde ya estamos hablando del Plan Quinquenal, con un modelo de escuela que se repite y que es similar a la Escuela N° 1 de Río Gallegos, a la 13 de Caleta Olivia o a la Nº 3 de Las Heras, todas con el mismo estilo. Pero concretamente, la primera a la que Angus dona la tierra para su construcción, es acompañada luego de una movida importante de una comisión de vecinos que le solicita a la Comisión de Fomento que otorgue fondos para su ampliación, porque ya no alcanzaba el edificio para atender a más de once alumnos.

 

Entonces es ahí que se crea esa pequeña escuela que actualmente es el sector destinado a la Sección Especial, porque nuestra localidad no cuenta con Escuela Especial pero sí tiene esa modalidad y también está incluida en nuestra Primaria. Por lo tanto, es una escuela bien grande ahora, amplia y muy inclusiva, que eso nos enorgullece muchísimo”, enfatizó.

Una escuela inserta en la comunidad

Actualmente la institución cuenta con una matrícula de 442 alumnos y alumnas en la modalidad Educación Primaria, y otros 45 en Educación Especial. Además, tiene un plantel de 60 docentes y 20 auxiliares de la educación.

 

Imagen más actual de la escuela.

 

Adriana Sanhueza destaca: “Es una comunidad educativa muy grande, y tengo la suerte de decir que el paso del tiempo, y esta pandemia especialmente, nos ha fortalecido y unido. Nos ha hecho un poco más empáticos, porque estábamos acostumbrados a otro formato educativo, y la realidad es que estos tiempos demandan que no perdamos la vinculación con nuestros alumnos”.

 

La escuela tiene cerca de 500 alumnos, 60 docentes y 20 auxiliares de la educación

 

“En ese sentido, tenemos un monitoreo permanente, con clases diarias a través de Zoom, por lo que sabemos qué pasa con cada uno de nuestros alumnos. No dejamos de hacer escuela nunca y nos enorgullece porque sabemos que no ha sido así en todos los casos”, comparó.

 

Para la directora, la mejor manera de festejar el centenario de la escuela “es seguir educando como de la manera en que se inició todo: respondiendo a una demanda social. Y esto que atravesamos es también una demanda social, porque debemos cuidarnos por la pandemia y todo eso”, resaltó.

 

El lunes 12, a pesar del contexto, la comunidad educativa pudo realizar un acto oficial conmemorativo, que sirvió para, por lo menos, tener un encuentro tan necesario como atravesado por los protocolos reinantes por estos días.

 

En la oportunidad, estuvieron presentes también la titular del Consejo Provincial de Educación, María Cecilia Velázquez y la directora provincial de Educación Primaria Olga Rizzi.

Velázquez primero tuvo palabras de agradecimiento para con los vecinos de la localidad y luego resaltó el enorme trabajo que el cuerpo docente y no docente viene realizando a lo largo de los años.

“La respuesta de la comunidad ha sido maravillosa, hicimos el acto protocolar para el cual pedimos autorización previamente, pero no hubo entrega ni pasamanos de nada. Pero sí se fueron haciendo muchas cosas desde antes del año pasado, cuando comenzamos a pensar y a trabajar en varios proyectos con motivo de este aniversario”, concluyó.

Una historia fundacional

A propósito de la historia de las tierras donadas para la construcción de la escuela, en LU12 AM680 se vivió el mismo lunes una situación muy especial e igualmente gratificante, porque durante la tarde se pudo entablar una comunicación telefónica con Diana y Ángela Macpherson, nietas de Angus, protagonista de ese grandioso gesto.

 

Ambas residen en la ciudad chubutense de Trevelin hace varios años, y desde allí con entusiasmo respondieron las preguntas relacionadas con su abuelo y Perito Moreno.

A su tiempo, Ángela señaló que “siempre se habló en la localidad de ese acto tan noble que tuvo el abuelo, y nosotras estamos muy orgullosas por ese tema. Pero bueno, incluso hay un barrio en Perito Moreno que lleva el nombre de nuestro abuelo, porque él fue también el primer presidente de la Comisión de Fomento de Lago Buenos Aires, como se llamaba en aquel entonces”, repasó.

 

Si bien no cuentan con el dato preciso de la llegada de Angus a esas tierras santacruceñas, Ángela señala: “Creemos que desde 1918 aproximadamente que se afincaron allí. Esto lo decimos porque él vino de Escocia a principio del siglo pasado primero, y trabajó por Río Gallegos, aunque en realidad más cerca de Punta Arenas (Chile)”.

“Después sabemos que se fue a Canadá y que ahí la conoció a mi abuela Marie; al tiempo se fueron a Escocia que es donde nació mi padre (William), para luego regresar a la Argentina. No sabemos bien cómo regresó, pero suponemos que amaba la Patagonia”, relató.

 

Festejos en tiempos de pandemia.

También recuerdan que Angus venía de una familia cuya madre “no sabía leer ni escribir, pero él se hizo lector. Le encantaba leer poesía y escribía su diario con perfecta ortografía, como era la educación en esos años, que era ciertamente un poco corta, pero a la vez muy intensa”, dijo.

 

Su madre no sabía leer ni escribir, pero él se hizo lector

En otro pasaje de la entrevista, Ángela comentó que si bien a su abuelo y a la gente cercana les gustaba el fútbol, “la verdad es que practicaban mucho el polo, y claro que a ellos les gustaba andar a caballo. Realmente la pasaban muy bien en esa estancia, que por otro lado se llamó La Margarita al principio, y que ahora tenemos entendido que se llama Ave Fénix”.

Según contaron las nietas del protagonista de esta historia, Angus falleció en 1955 y apenas unos años luego de la muerte de su abuela. “Es entonces que nuestro padre se hace cargo de la estancia, pero a principios de los años 80 fue vendida”.

Diana y Ángela no vivieron mucho tiempo en Perito Moreno. Contaron que los vínculos allí los tenía mayormente su madre, por lo que, al fallecer, el rastro de la historia y los lazos con esta tierra comenzaron a desaparecer indefectiblemente. Más aún cuando enseguida tienen que radicarse en la provincia de Chubut.

Aún así, rescatan lo que dejó en esa localidad santacruceña el abuelo Angus, y en ese sentido Ángela concluye: “La verdad que estamos muy orgullosas de todo lo que hizo nuestro abuelo, a quien no pudimos conocer lamentablemente, pero sabemos de todo su esfuerzo y lo que sembró allí”.

 

 

 

 

 

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