Las autoridades del Ministerio de Trabajo y los gremios continuaban en una tensa reunión para buscar una salida al conflicto que paralizó a la industria pesquera en Puerto Deseado.
“Estamos en plena negociación, esto está muy complejo”, aseguraron anoche fuentes que participaron de la mesa.
La tregua de dos días planteada para avanzar en las conversaciones tuvo un duro golpe con el despido de más de setenta trabajadores por parte de una de las empresas que entendió que el paro era ilegal, tal como se lo declaró formalmente.
En horas de la tarde, desde los gremios dejaron trascender que estaban avanzadas las negociaciones entre la Cámara Pesquera (CAPECA) y el Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (STIA).
Según dijo a La Opinión Zona Norte uno de los referentes del gremio, David Neira, el plazo para negociar vencerá hoy por la noche, pero tienen esperanzas de que antes haya un acuerdo.
Fue un viernes intenso, relató, de “muchas llamadas telefónicas gremiales y con los empresarios”.
Un factor importante para que se haya comenzado por esta senda de diálogo es que no hay bloqueos en los ingresos a las plantas procesadoras de pescado. El jueves se habían levantado los piquetes que promovió el STIA y ya se permite el paso de todos los empleados que quieran ir a trabajar, incluyendo gerentes y administrativos.
“No podemos adelantar nada. Lo que sí puedo decir es que hay avances. Estamos tratando de buscarle la vuelta”, dijo.
Anoche, La Opinión Austral se comunicó con el funcionario del Ministerio de Trabajo que lleva adelante las tratativas, Sergio Viotti, sin embargo, este pidió disculpas y cortó el teléfono nervioso. La reunión no se daba en el mejor de los tonos.
Cabe recordar que lo que el STIA solicita es una suma no remunerativa de quince mil pesos, con posibilidad de seguir negociando en los próximos meses de este año, y que el porcentaje permanente de aumento se fije en las paritarias de septiembre.

“Estamos en plena negociación, esto está muy complejo”.

La STIA de Puerto Deseado mantuvo su reclamo con acampe fuera de la mayoría de las plantas procesadoras de pescado de la ciudad, con alrededor de 500 operarios en medida de fuerza y a la espera de un acercamiento a la negociación.
Las protestas alcanzaron a ocho plantas y fueron declaradas ilegales, después de que no se levantaran los bloqueos con la conciliación obligatoria.
Previamente hubo una oferta, que fue la de sumar 5.400 pesos al aumento por decreto de 4.000 pesos que se viene abonando “a cuenta”. Es decir, un total de 9.400 pesos “de bolsillo”. Además, la cámara empresarial insistió en que las negociaciones salariales cesen hasta el primero de noviembre próximo. STIA rechazó el documento en todos sus términos.
En la reunión, que continuaba anoche, el delegado de SOMU de Puerto Deseado, Gustavo Barría, presentó una propuesta similar a la que se firmó con el sector petrolero.
Se trata de ceder un 10% del salario, pero con la condición de que el Estado les quitara un 20% del Impuesto a las Ganancias, lo que les permitiría tributar solamente el 15%.

 

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