Por Sabrina Pont

 

El 7 de mayo se conmemora la sanción de la primera Ley de Fomento Minero en el año 1813. Y se celebra el Día de la Minería. En esa fecha, cada año, se reúnen los actores que se vinculan con la actividad.

Una jornada clave en la que se hace un recuento de lo hecho y un análisis de lo que se viene.
La pandemia tiñó, inevitablemente, las consideraciones de este año. El 2020 fue sin dudas un año complejo, en el que las empresas en producción debieron implementar estrictos protocolos sanitarios en sus procesos por las nuevas condiciones forzadas por el Covid-19.

 

 

Los costos subieron, aunque de alguna manera fueron compensados con el alza de los precios de los metales, pero al no poder trabajar con el total de la capacidad laboral, indefectiblemente los números de la producción cayeron en comparación a 2019.

La minería supo reorganizarse y sortear los obstáculos que impuso la emergencia sanitaria a nivel global. Por lo demás, los desafíos a nivel nacional persisten (y los reclamos del sector) siguen siendo los mismos que en los tiempos sin coronavirus: reglas claras y estables para que la industria se consolide.

En el inicio, el gobierno nacional buscó dar una señal al sector con la Ley 27.541 de Solidaridad al establecer que los derechos de exportación se iban a fijar en un 8% en vez del 12%. No obstante, la medida tiene vencimiento, además de que se vio maltrecha porque se demoró su implementación 10 meses.

Esa ley que fue ideada en un marco de emergencia -muy diferente al actual porque no tuvo en cuenta lo que vendría que era la gestión de una cuarentena que resultó extensa-, y tiene vigencia hasta diciembre. Y podría haber cambios.

Los proyectos metalíferos que la Argentina tiene en “línea de largada”, tienen un potencial de inversión de unos USD 25.000 millones, de los cuales el 50% son para la explotación de cobre como Agua Rica en Catamarca, Pachón, Josemaría, Los Azules y Filo del Sol en San Juan, y Taca Taca en Salta.

 

Los proyectos en “línea de largada” tienen un potencial de inversión de USD 25 mil millones

 

El potencial sigue en pie, a pesar de sumar un año más de indefiniciones, y el desafío sigue siendo que el país pueda brindar alguna garantía de estabilidad a largo plazo.

Los proyectos vinculados con el desarrollo del litio, que están concentrados en las provincias del noroeste, también juegan un papel muy importante para el futuro minero del país. No obstante, las inversiones y el desarrollo de la cadena de valor que podría desplegar la puesta en marcha de un yacimiento de cobre son superlativas.

Tanto es así que el propio secretario de Minería de la Nación, el sanjuanino Alberto Hensel, estima que si se destrabara sólo uno de esos proyectos alcanzaría para dinamizar el sector por completo, en todos sus niveles.

Lo que la minería metalífera argentina tiene en producción actualmente son ocho proyectos donde el metal principal es oro acompañado de plata (de los cuales seis están trabajando en la provincia de Santa Cruz).

Eso alcanza, pandemia mediante, para generar exportaciones por USD 3.200 millones.
Aunque el hito de exportaciones alcanzado años atrás fue de USD 7200 millones. “Si seguimos sin nuevas operaciones vamos a seguir bajando. Mi preocupación es cómo hacemos para tener más operaciones que generen trabajo, producción, riqueza, exportaciones y divisas. Esa es mi agenda”, señaló Hensel en una entrevista que concedió a SCP antes del fin de año pasado.

 

El “Plan Estratégico Minero” busca fijar las reglas de juego para el sector durante los próximos 30 años

Por otra parte, Hensel admitió que si bien “el tema de las retenciones hay que resolverlo”, entiende que hoy no es suficiente para zanjar los problemas de la minería, y abrió el debate a más sectores de la sociedad. Luego de un año y medio de reuniones multidisciplinarias, el funcionario se apresta a cumplir un objetivo de base: lanzar el “Plan Estratégico Minero” que, tal como él mismo lo presentó ante el presidente Alberto Fernández, busca “fijar las reglas de juego para los próximos 30 años”.

 

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