Por Sabrina Pont

La mayor expectativa del sector del litio a nivel global está dada por la creciente demanda mundial que se proyecta para los próximos diez años. Ese incremento lo impulsan fundamentalmente los planes que tienen las automotrices para la transición hacia la movilidad eléctrica.

El litio, aunque no es su única aplicación posible, hoy es el elemento perfecto para fabricar baterías de vehículos eléctricos.
En ese contexto, Argentina tiene la oportunidad de tener un rol central: es el cuarto productor de litio del mundo y las proyecciones muestran que tiene un enorme potencial que le permitiri a mantenerse entre los primeros productores e incluso mejorar la posicio n que tiene de cara a los aumentos esperados en la demanda futura.

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Sólo con dos proyectos en producción, el país cubre actualmente el 10% de la demanda de litio del mundo. Para las cuentas nacionales, la exportación de litio aún no es significativa: en 2021 se exportaron alrededor de 30.000 toneladas del mineral blanco por casi USD 200 millones.

Los dos proyectos de litio que están operativos -y actualmente en plena expansión- son el de la empresa australiana Allkem, que se inició en 2014 en Jujuy, y el que está a cargo de la estadounidense Livent, en Catamarca, que produce desde fines de la década del 90.

En tanto, están en construcción actualmente seis emprendimientos, entre ellos el de Minera Exar, en Jujuy, que es el que más cerca está de iniciar la fase operativa -prevista hacia fines de 2022-. Además, hay 35 proyectos de litio avanzados en el país y otros 16 en etapa de exploración. Desde 2020 a la actualidad, se anunciaron USD 4.259,5 millones de inversión en la producción de litio.

En 2021 se exportaron unas 30.000 toneladas de litio por casi USD 200 millones

De esta manera, se estima que hacia 2026 el país multiplicaría por más de cinco veces su capacidad de producción de carbonato de litio, calidad batería: pasaría de las 37.500 toneladas actuales a más de 200 mil toneladas.

El líder del mercado del litio a escala global es Australia y lo obtiene a partir de pegmatitas. Lo sigue Chile, en segundo lugar, con mineral proveniente de salmuera. En el continente de Oceanía están los proyectos más relevantes del mundo. Pero ni Australia ni Chile son fabricantes de baterías.

Proyección

Hoy la única propuesta desde el Gobierno Nacional que se vincula al sector apunta a la promoción para la fabricación de baterías con litio. Poco tiene que ver con los procesos de producción del litio como insumo apto para ese mercado, que es para lo que hoy el país es mayormente competitivo. Esto se incluye en el proyecto de ley de movilidad sustentable que lanzó el exministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, en 2021 y que actualmente su sucesor, Daniel Scioli, anunció que seguirá impulsando.

En efecto, la iniciativa, en lo que refiere a completar en el país el proceso desde la extracción del litio hasta la producción de baterías para vehículos eléctricos, no incluye al recurso minero ni a las empresas que producen el litio, ni tampoco las obliga a que integren la cadena productiva.

En Catamarca se encuentra el segundo yacimiento en producción.

En rigor, las mineras de litio, que están explorando o desarrollando proyectos en el noroeste del país, se están focalizando y especializando en cómo producir carbonato e hidróxido de litio.

Lo que busca incentivar esa propuesta legislativa es que se asienten nuevas empresas que puedan hacer los componentes de la batería o a las automotrices, para que puedan redefinir su línea de montaje y empezar a ensamblar o armar autos híbridos o eléctricos en el país a través de beneficios fiscales.

Argentina tiene 2 proyectos en producción, 35 avanzados y 16 en exploración

Con todo el potencial que tiene Argentina en este mercado, planificar producir litio únicamente para fabricar baterías en el país para la región, de alguna manera implica condicionar el crecimiento de la minería argentina del litio en salmuera.

De acuerdo con los datos de las empresas y teniendo en cuenta el crecimiento de la capacidad productiva, habrá suficiente litio para exportar a los fabricantes asiáticos o de otros mercados del mundo y también para abastecer a los emprendedores locales que apunten a responder a la demanda de baterías en la región. Lo que puede ser más complejo es conseguir importar el resto de los componentes que se requieren para hacer baterías: son más caros y escasos y no se producen en el país.

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