Todos alcanzaron el objetivo. Esa podría ser la primera lectura de las elecciones legislativas nacionales en la provincia de Santa Cruz. En términos concretos, datos objetivos de la realidad, Santa Cruz tendrá un diputado nacional por tres frentes electorales distintos: Roxana Reyes (Cambia Santa Cruz), Claudio Vidal (SER Santa Cruz) y Gustavo “Kaky” González (Frente de Todos).

De esta manera, no menos cierto es que la oposición pierde un diputado nacional, ya que ponía dos bancas en juego, las de Roxana Reyes y Antonio Carambia. El oficialismo mantendrá la suya, que hoy está en manos de Juan Vázquez; mientras que aparece en escena otro sector que rompe con el tradicional bipartidismo provincial: SER Santa Cruz, que se alzó con la restante.

Acaso Claudio Vidal es el que más tiene para festejar. Decidió pocos meses antes de las elecciones escindirse del Frente de Todos, el que había integrado en 2019 en su intento por ser gobernador, para ir por una banca por fuera de la estructura oficialista. No sólo lo consiguió, sino que el petrolero superó las expectativas propias y ajenas al quedarse con el segundo lugar, aunque fuera por un puñado de votos.

Claudio Vidal (SER Santa Cruz). FOTO: JOSÉ SILVA/LA OPINIÓN AUSTRAL

Ahora, el secretario general de los Petroleros Privados de Santa Cruz, que logró sumar 10 mil votos más que los alcanzados en las primarias de septiembre, tendrá que definir su rol en el Congreso de la Nación, donde el oficialismo logró mantener la mayoría por escasos dos diputados. ¿Qué hará Vidal allí? En su discurso ante la militancia, pasadas las 23:00 de este domingo, dijo que no sería un “levanta manos”.

Pero si hay algo que caracteriza el Congreso de la Nación es la negociación política. La construcción de consensos es vital para poder trabajar en un recinto en el que sólo construyendo mayorías se pueden impulsar proyectos. Básicamente, es el lugar donde se “hace política”. Pero también es innegable que el Vidal al que la oposición tildó de ser un candidato creado por el propio oficialismo para arrebatarle la banca a Cambia Santa Cruz, ahora podría ser un dolor de cabeza para el oficialismo.

Y si nos referimos a la oposición, Cambia Santa Cruz tiene para festejar que fue nuevamente el frente electoral más votado en una elección intermedia, lo cual no es poco. Sin embargo, tampoco se puede soslayar que perdió una de las dos bancas que puso en juego y que de las PASO a las legislativas nacionales perdió 1.200 votos.

Roxana Reyes. FOTO: MATÍAS BARRIENTOS / LA OPINIÓN AUSTRAL

También pude decirse que el frente electoral que supo tener como referente por una década a Eduardo Costa, hoy está bien representado por Roxana Reyes. Tanto las PASO como las legislativas de este domingo la ubicaron en ese lugar, del que el propio Costa empezó a correrse luego del resultado de las elecciones generales de 2019.

No es un dato menor que, al menos en estas elecciones, hubo algunos gestos de unidad que faltaron en otros comicios. Leonardo Roquel, segundo en esa lista, fue duramente criticado por el espacio de Reyes cuando decidió competir en las PASO. No obstante eso, con el resultado puesto en las primarias, este militó fuertemente por su contrincante en la interna, demostrando una conducta partidaria para destacar.

Las medidas de los gobiernos en pandemia les hicieron pagar un fuerte costo político

Para el Frente de Todos no fue una elección más. Venía de ser vapuleado a nivel nacional hace escasos dos meses atrás. Se puede decir que alcanzó el principal objetivo que se había trazado en estas elecciones: conservar la banca que tenía que defender en estas elecciones legislativas nacionales. Lo hizo -además- en un complejo panorama para todos los oficialismos del país, que debieron atravesar recientemente la pandemia de Covid-19.

Los más de 5 mil votos de diferencia a favor cosechados desde las primarias a las legislativas de este domingo tienen una explicación multicausal, que no se puede analizar sólo con el aumento de la concurrencia de votantes a las urnas.

No habían transcurrido 24 horas del resultado de las PASO cuando Alicia Kirchner se transformó en la primera mandataria en pedir a los integrantes de su gabinete que pusieran sus renuncias a disposición, lo que llevó a que otros gobernadores del país, entre ellos el de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, hicieran lo mismo.

Gustavo “Kaky” González (Frente de Todos). FOTO: JOSÉ SILVA/LA OPINIÓN AUSTRAL

Esa medida, que fue contundente desde el punto de vista simbólico, no fue la única, sino que vino acompañada de otras como la presencia de los funcionarios en el territorio. Fue así que la provincia inició una fuerte presencia territorial con operativos de gestión y campaña política; en resumen, se salió a hablar con la gente en la calle. Pero en términos políticos, más allá de que no fue una mala elección, tampoco podría decirse que el Frente de Todos festejó un tercer lugar, por más escasa que haya sido la diferencia con Vidal.

Las PASO se habían disputado en una situación epidemiológica mucho peor a la actual

En términos nacionales, las elecciones PASO del 12 de septiembre se habían disputado en una situación epidemiológica mucho más compleja que la actual. Esto trajo aparejada una serie de medidas que fue flexibilizando las restricciones impuestas a la población, entre ellas las vinculadas al esparcimiento.

No es desacertado considerar que las medidas tomadas por el Estado durante la pandemia, tanto nacional como provincial, aunque fueron para cuidar a la población, retrasaron la llegada de la variable Delta y lograron que los hospitales públicos no colapsaran por los casos, les hicieron pagar un fuerte costo político, favoreciendo a aquellos que apelaron más a la crítica que a las propuestas.

Otro de los factores realmente importantes, acaso uno de los principales, es el económico. Si bien la apremiante situación en la que viven millones de argentinos a los que el dinero no les alcanza para llegar a fin de mes no ha cambiado demasiado desde el 12 de septiembre a esta parte, tampoco es menos cierto que se empieza a notar una incipiente reactivación económica.
Históricamente, en Argentina muchos ciudadanos y ciudadanas votan con el bolsillo. Y lo harán independientemente de quién esté gobernando el país. Los datos económicos son más que suficientes para entender por qué un extracto importante de la población votó al Frente de Todos en 2019, pero no lo hizo en 2021.

Pero aun en esa situación, con la luz viéndose al final del túnel, fueron muchos los argentinos y argentinas que volvieron a darle una muestra de confianza al gobierno de Alberto Fernández. Y aunque muchos se aventuren a sacar conclusiones, para 2023 faltan dos años, una eternidad en la política argentina.

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