Dependiendo de la situación epidemiológica de Santa Cruz, como a nivel país, se estaría pensando recomendar un sistema de grupos reducidos, tanto para Navidad como Año Nuevo, con barbijo, en lugares abiertos y sin encuentros multitudinarios.

 

A pocas horas de que se conozcan las características del Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio para la provincia de Santa Cruz (a excepción del Departamento de Deseado), que quedarán plasmadas en el decreto de la gobernadora Alicia Kirchner, las familias comienzan a pensar cómo serán las próximas semanas ante la inminente llegada de las fiestas.

 

Es que la situación en el norte provincial, particularmente Caleta Olivia, Las Heras y Puerto Deseado, como en el Departamento de Bariloche (Río Negro), se podría decir que es el último coletazo del Covid en el país, pero hay que ser muy precavidos para evitar los rebrotes en todos los lugares donde se están “relajando” las medidas.

 

Por eso el Gobierno Provincial viene apelando a la responsabilidad comunitaria en un momento clave como lo son las fiestas de fin de año, para evitar estos rebrotes justo antes de la llegada de la vacuna.

 

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Un ejemplo de lo terribles que pueden ser estas situaciones es lo que está pasando actualmente en Europa, donde -incluso- los casos letales superan al primer brote, ocurrido entre febrero y mayo de este año.

 

El periodo de fiestas también tendrá gran preponderancia porque en Santa Cruz los meses de más altos contagios se dieron luego del Día del Amigo (20 de julio) y tras los festejos por el Día de la Madre (18 de octubre).

 

De ahí que no sólo en nuestra provincia, sino en la gran mayoría del país, se esté pensando en la aplicación de una “burbuja social” para las fiestas de fin de año, con barbijo, en lugares abiertos y con encuentros de no más de diez personas.

La situación

Hasta ayer, Santa Cruz registraba un total de 16.125 casos positivos desde el inicio de la pandemia. Lamentablemente, la cifra de fallecidos trepó ayer a 281 pacientes con COVID positivo desde que comenzó la pandemia.

 

Antes esta situación epidemiológica, La Opinión Austral pudo saber que la preocupación hoy se centra en las localidades del Departamento de Deseado, donde parece haberse trasladado la mayor cantidad de casos.

 

Pero también se pretende seguir disminuyendo la cantidad de contagios en Río Gallegos.

 

Por eso las medidas que se conocerán en las próximas horas, que retornarán a la capital provincial a DISPO, tendrán -sin embargo- algunas características similares a la anterior vez que se aplicó el distanciamiento, con alguna medida menos restrictiva.

 

Respecto a las fiestas de fin de año, es probable que la decisión llegue más cerca de la fecha, pero seguramente se irá preparando a la comunidad para que vaya previendo cómo deberá afrontar Navidad y Año Nuevo de manera responsable.

Chin chin con burbujas

El término “burbuja social” empezó a ganar prominencia después de que Nueva Zelanda, uno de los países que mejor ha gestionado la lucha contra la pandemia, anunció la “eliminación” del contagio por Covid-19 en el país.

 

El Gobierno de ese país insistió a la gente en que se quedara en sus casas lo más posible, pero autorizó a la población a aumentar su círculo de contactos. Expresaron que las personas debían permanecer dentro de la burbuja de su hogar, pero podían expandir esto para volver a conectarse con sus familiares cercanos, o bien traer cuidadores o apoyar a personas aisladas.

“Burbuja social” es declarar a un grupo de personas determinado para compartir

 

“Es importante proteger su burbuja si la extiende. Mantenga su burbuja exclusiva e incluya sólo a las personas que lo mantendrán seguro y bien. Si alguien dentro de su burbuja se siente mal, debe aislarse de todos los demás”, recomendaron.

 

De esta forma, las personas podían hacer su burbuja más grande. Para esto se tenían que mantener dentro de un solo círculo social, pero más amplio que el del hogar. También podían agregar a su círculo de contactos a la familia extendida, amigos, cuidadores que atienden a las personas mayores o a quienes quisieran.

 

Esta medida tenía dos ventajas: por un lado, se aumentaba el contacto social luego de largos meses de cuarentena. Pero también se minimizaba el riesgo de transmisión de la enfermedad, ya que si existía un contagio, el mismo quedaba dentro de la burbuja y no se desparramaba.

 

Es posible que este tipo de medidas se tome -al menos para las fiestas- en Santa Cruz y en gran parte del país, pero, como viene ocurriendo durante toda la pandemia, el resultado estará dado por la responsabilidad con que lo tome cada familia.

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