La desocupación alcanzó al 10,4 por ciento de la población económicamente activa del país durante el primer trimestre de este año.
Los datos hablan de un incremento del orden de los 1,5 puntos porcentuales en relación al último trimestre del año pasado. En ese período de tres meses, 198.000 nuevas personas se quedaron sin empleo.
Según detalló el Instituto de Estadísticas y Censos de Argentina, “el impacto de las restricciones impuestas en el marco de la pandemia fue incipiente en la dinámica del mercado laboral”. Es decir que se avizora que, en los próximos meses, esos niveles de desempleo podrían ser todavía mayores.
En la Patagonia, el desempleo fue del 7,3 por ciento, con una suba de 0,7 puntos porcentuales en relación al último trimestre de 2019.
Sucede que en el análisis de la variación estadística, comparada con el período enero-marzo del año pasado, se puede ver que la variación promedio no fue tan marcada.
Sin embargo, se destaca que en la ciudad de Río Gallegos la desocupación se redujo en un 50 por ciento.
Los datos del Indec publicados este martes son, a todas luces, una radiografía previa al impacto de las medidas de aislamiento social, preventivo y obligatorio, anunciadas como instrumento de contención y para prevenir la circulación del coronavirus, pero también dan cuenta de la precariedad laboral heredada del macrismo.
Y es que ambos factores -las medidas por la pandemia, más la pesada herencia social- agudizan el cuadro social de Argentina.

 

Datos medidos en cantidad de personas.

Al primer trimestre de este año, 3.796.000 personas tenían problemas de empleo en el país, entre desocupados (1.394.000) y quienes, a pesar de contar con un trabajo, buscaban un segundo (2.402.000).
La precariedad laboral durante el último año de la alianza Cambiemos se vio reflejada en el incremento de la categoría ocupados demandantes, que pasó del 17,5 por ciento durante el primer trimestre del año pasado, al 19 por ciento en el último trimestre.
En términos de cantidad de personas, se supo que fueron 227.000 nuevos trabajadores quienes, a pesar de tener una ocupación, necesitaron buscar un segundo trabajo para subsistir.
“La tasa de desocupación se incrementó principalmente entre quienes tenían una ocupación anterior” y “en términos de tiempo de búsqueda, crecieron especialmente quienes llevan de 3 a 6 meses buscando empleo”, se lee.

 

En la provincia de Santa Cruz hubo 44.363 ingresos familiares de emergencia

Además, “se verificó una suba en la participación, dentro de la población desocupada, de aquellos que en su última ocupación eran no asalariados, así como de quienes provienen de ocupaciones de calificación operativa”, añade luego el informe del Indec.
Pero lo cierto es que la situación de los no asalariados quedó en evidencia cuando el Gobierno de Alberto Fernández lanzó el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), como una herramienta para atender la crisis económica en pandemia.
De los 8,3 millones de personas que recibieron el IFE en su primera etapa, casi 6 millones correspondían a trabajadores y trabajadoras informales.
En la provincia de Santa Cruz hubo 44.363 ingresos familiares de emergencia; de este total, 10.750 poseían la AUH; otros 2.780 eran monotributistas; 468 eran trabajadoras de casas particulares y receptores de otros planes sociales compatibles; mientras que 30.365 correspondieron a trabajadores informales y desocupados, sin seguro de desempleo.

Desocupados patagónicos

Durante el primer trimestre del año, el Indec registró 33.000 desocupados patagónicos, distribuidos de la siguiente manera: Comodoro Rivadavia-Rada Tilly (5.000), Neuquén-Plottier (9.000), Río Gallegos (3.000), UshuaiaRío Grande (9.000), Rawson-Trelew (6.000) y Viedma-Carmen de Patagones (1.000).
En la comparación con el último trimestre de 2019, la desocupación regional se incrementó en 0,7 puntos porcentuales, con una marcada suba en Comodoro Rivadavia-Rada Tilly y Ushuaia-Río Grande (4.000 nuevos desocupados entre ambas), dos de las regiones más golpeadas por las políticas del macrismo.
En la ciudad de Río Gallegos se registró un descenso estadístico de 0,7 puntos porcentuales, aunque la cantidad absoluta de desocupados se mantuvo en 3.000 personas.

 

Río Gallegos representó el principal descenso de la desocupación en la región

¿Por qué bajó la desocupación en términos estadísticos, pero el número total de desempleados permaneció invariable de un trimestre a otro? En comparación con el cuarto trimestre de 2019, el Indec registró un incremento de la población total de la ciudad (de 121.000 a 122.000) y una suba de la población económicamente activa (de 50.000 a 54.000), sumados a un incremento en el nivel de ocupados (de 47.000 a 50.000).
Pero si la comparación es con el primer trimestre de 2019, Río Gallegos representó el principal descenso de la desocupación en la región, planteando una mejora en las condiciones de vida de su población.
Entre enero y marzo de 2019, la falta de empleo local había alcanzado al 10,7 por ciento de la población económicamente activa, es decir, 6.000 personas.
Para el mismo período de este año, el Indec registró una desocupación del 5,7 por ciento, con 3.000 personas afectadas. Es decir, en un año se redujo la cantidad de desempleados en un 50 por ciento, radiografía que sirve para comprender el cuadro social pre pandémico.

 

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