En la avanzada mundial por la descarbonización y la transición hacia las llamadas “Energías Límpias”, la denominada “transición energética” se vislumbra más que una imposición como una oportunidad única que puede aprovechar Santa Cruz.

Argentina impulsa la generación de energías renovables, donde la eólica tiene un lugar preponderante, y dentro de ella, el 22% de ese crecimiento se concretó gracias a los parques eólicos santacruceños. Pero el país también mira, entre otras cosas, a la producción de hidrógeno verde.

Mientras estos proyectos maduran, lo cierto es que la generación de energía, a partir de fósiles es imprescindible, no sólo para garantizar la demanda del país, sino también para ayudar a “sostener” la mencionada transición.

“Es impensable un escenario con 100% de energías limpias” se afirma por lo bajo. Se basan en que no lo logró ningún país del mundo, incluso aquellos que son pioneros en el desarrollo de renovables. El gran escollo es el costo inicial que demandan dichas tecnologías. Por lo que apuntan a un “desarrollo sustentable” de la industria hidrocarburífera y en esa sintonía está Santa Cruz.

Indispensable

Desde el sector empresarial, hay coincidencias con esa mirada. Y lo propio en el gobierno. Tanto el secretario de Energía, Darío Martínez como el presidente de YPF, Pablo González se expresaron en ese sentido y afirmaron, al defender la ley de promoción de inversiones hidrocarburíferas, que la producción de crudo y gas debe verse como “una necesidad para avanzar en la transición hacia energías limpias”, algo a lo que se comprometió Argentina.

Según el Instituto Argentino de Energía (IAE) “la transición energética aparece como una oportunidad de largo plazo en el desarrollo de tecnología nacional y la generación de empleo”, aunque considera que debería elaborarse, a nivel estatal, “un Plan Energético Nacional con horizonte al 2030, y una estrategia de largo plazo que le permita cumplir con el compromiso asumido ante la comunidad internacional de ser carbono neutral en 2050”.

Para los especialistas en el tema, “no hay marcha atrás”, la necesidad de migrar a energías verdes “se instaló” en la sociedad, pero lo que nadie puede decir es cuánto tiempo llevará lograrlo.

El petróleo y el gas, con alta demanda, están en precios récord de más de una década

Esto se da en medio de un escenario de alta demanda de los combustibles fósiles. El petróleo y el gas están en precios récord desde hace casi una década y el país promueve las inversiones en esta materia, no sólo para lograr el autoabastecimiento energético, sino también para contar con saldo exportable y generar divisas.
Lo que para algunos podría ser una contradicción con el compromiso de carbono neutral, para otro es no sólo necesario sino imprescindible para lograr llegar a esa meta. “Es la forma de solventar las nuevas tecnologías necesarias para la generación y almacenamiento de energías limpias”, aseguran.

Argentina mira al hidrógeno como una oportunidad a largo plazo, junto al litio, el sol, el viento y el agua

Las energías limpias van creciendo. El país mira el hidrógeno verde y a la baterías de litio como oportunidades de largo plazo. También avanzan las inversiones en las energías que se generan a partir del sol, del viento y del agua.

En ese contexto, la provincia de Santa Cruz está llamada a ser un polo verde. Tiene en su territorio el parque eólico más grande del país y las inversiones en esta materia no se detienen.

Recobró con fuerza el proyecto de industrializar la planta experimental de hidrógeno, que quedara retrasada en la gestión anterior y hoy cobra otro valor.
El complejo hidroeléctrico sobre el río Santa Cruz emerge también como otra de las grandes fuentes de generación limpia que contará la provincia en unos pocos años más.
Los impulsos para incentivar la “movilidad sustentable” a partir de la electricidad como combustible, tiene metas ambiciosas para el 2030 y Santa Cruz podría hacer mella en esto, si consigue las inversiones necesarias.

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