Por Alejandro Demel y Manuel Cruz (*)

Argentina se encuentra en una situación de lejanía geográfica, respecto de los principales centros de población mundial y de las regiones en conflicto. Buenos Aires se localiza a 10.000 Km. de distancia de Norteamérica o de Europa y se encuentra en las antípodas planetarias de la costa noreste china, a unos 20.000 Km.

En ese marco, se suma que la provincia de Santa Cruz se encuentra en la periferia nacional. Esta es una situación de desventaja en un mundo de globalización ilimitada, con estabilidad y seguridad relativa de las fronteras.

Sin embargo, todo parecería indicar que esto ha llegado a su fin. La globalización es un fenómeno que se sustenta en la libre circulación de bienes, sobre todo por mar. Y en ese sentido, cabe marcar que la logística internacional se sumergió en un extremo desorden por la pandemia COVID y por el bloqueo del Canal de Suez en 2021.

Suministros

A esta situación, este año se sumó la guerra en Ucrania, que ha puesto en jaque los flujos de energía, alimentos, fertilizantes y minerales desde Europa Oriental, resultando en escaladas de precios en fletes, insumos y commodities como el mundo no experimentaba desde la década de 1970.

Una oportunidad de aprovechar la geolocalización de los puertos locales

La mayor parte de los países de África y Medio Oriente dependen de los suministros de trigo, maíz y aceite de girasol de Ucrania y Rusia, que hace meses tienen la logística interrumpida. Países como Líbano y Sudán ya no cuentan con reservas de trigo. Egipto, nación de 100 millones de habitantes, tiene reservas para menos de tres meses.

Líbano y Sudán ya no cuentan con reservas de trigo, y Egipto tiene para menos de tres meses

A lo que no se debe excluir la posibilidad que, ésta, sea una de las razones por las que en las últimas semanas escalan las tensiones militares con Etiopía por la represa del Renacimiento.

Los países de Europa Occidental no suelen depender de importaciones de grano, pero sí del fertilizante ruso y bielorruso, puesto que éstos proveen 37 % del potasio, 14 % de los fosfatados y 17 % de los nitrogenados a nivel mundial, así como de las importaciones de energía de Rusia.

Energía

La política energética europea es sin duda peculiar. Mientras ha buscado impedir el desarrollo del fracking, fomentaba la extracción de lignito (el carbón de peor calidad) y cerraba centrales nucleares en perfecto estado con el criterio de que sustituir fuentes baratas y estables de energía por otras intermitentes, no sólo era deseable, sino que además era posible sin consecuencias.

Para ello, Alemania y gran parte de Europa Occidental necesariamente debieron volverse dependientes del gas ruso. Una de las consecuencias, es que hoy Europa se enfrenta a un escenario de fuerte desindustrialización debido a los altos costos de la energía.

El potencial del shale en Cuenca Austral es un factor de desarrollo.

Ya hay sectores que han paralizado su funcionamiento, como ser el área de fertilizantes, aluminio, vitaminas sintéticas, mientras otros lo están limitando (como acerías y las autopartistas).

En 1948, Patrick Blackett –Premio Nobel de Física-, advertía que muchas veces se olvida cuán íntimamente relacionada se encuentra la fuerza industrial de una nación, o sea, tanto su fortaleza militar como su estándar de vida, con la disponibilidad de energía.

Oportunidad única

Es en este punto, que Argentina en general, y Santa Cruz en particular, tienen ante sí oportunidades quizás sólo vistas una vez por siglo.

No hace falta describir la abundancia de la producción nacional de alimentos. Con todos los problemas que enfrenta nuestro país, hay circunstancias domésticas realmente excepcionales a nivel internacional: no hay conflicto civil armado, divisiones religiosas, étnicas, ni tensiones militares con nuestros vecinos.

Nuestro territorio ofrece certeza en la seguridad física y abundancia de yacimientos de todo aquello que al mundo empieza a faltarle.

Vaca Muerta está proveyendo un tercio del petróleo nacional y el offshore frente a las costas bonaerenses parece tener perspectivas muy positivas. Actualmente, Santa Cruz cuenta con exploración de shale en la cuenca austral que posee el potencial de un Vaca Muerta. Las represas Jorge Cepernic y Néstor Kirchner generarán el 5 % de la electricidad nacional, aun cuando la administración del gobierno anterior se dispuso a disminuir las turbinas de 11 a 8.

La provincia puede plantear la industrialización de semejante recurso hoy, o limitarse a transportar la energía hacia la provincia de Buenos Aires. Es importante destacar el potencial energético que Santa Cruz podría generar en los próximos años cuando la Central Termoeléctrica de Río Turbio funcionen a pleno, las represas estén terminadas, y el potencial eólico que ya se ha instalado en la zona norte provincial.

Quizás, incluso, sea posible que Santa Cruz se convierta en la cuarta provincia más importante del país (Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba) en materia de industrialización, producción y creación de valor agregado.

Decisión vital

Por eso es importante decidir si queremos crear fuentes de generación eléctrica para transportarla hacia el norte del país o aprovechar la oportunidad. para que las empresas se instalen en la provincia de Santa Cruz.

Las represas sobre el río Santa Cruz generarán el 5 % de la energía del país.

Santa Cruz es una provincia que, además de contar con el potencial energético, tiene puertos de aguas profundas y cuenta con la posibilidad de exportar por el Pacífico a menores costos que produciendo en lugares como Buenos Aires, dado que una exportación a China, saliendo de cualquier puerto santacruceño, tiene vía directa por el canal de Beagle rumbo al oriente.

Matriz productiva

Es sumamente importante repensar en la próxima matriz productiva de la provincia, aprovechando el potencial energético. Dado que quedó demostrado que este insumo es la principal preocupación para que cualquiera economía del mundo pueda producir.

Porque una economía sin energía es una economía sin producción, y una economía sin combustibles tampoco produciría dado que jamás podría transportar su producción.

Repensar la próxima matriz productiva de la provincia basada en el potencial energético

Alguna vez la empresa Aluar se interesó en construir su segunda planta de aluminio en Punta Quilla, que cuenta con un puerto de aguas profundas. Se estimaron 200.000 toneladas de producción de aluminio anual, la mitad de la producción de su planta en la provincia de Chubut.

Otro proyecto ultra intensivo en electricidad que fue pensado por Fabricaciones Militares que iba a ser financiado por China es la planta de amoníaco para la producción de fertilizantes nitrogenados (56 % del fertilizante importado por el país), y ácido nítrico para la fabricación de explosivos a ser usado por la industria minera en Punta Loyola, procesos intensivos en consumo de gas. O los proyectos relacionados a la producción de hidrogeno, del cual esta catalogado como el combustible del futuro.

La generación de Energía Eólica a partir de los parques ya instalados en el norte provincial.

Así, mientras en Europa se están cerrando fábricas, dejando cientos de trabajadores sin empleo debido al precio y al faltante de energía, se vuelve necesario que, conociendo las limitaciones que la falta de energía esta generando, repensemos cambios en la futura matriz productiva provincial.

El país tiene abundancia de yacimientos de todo aquello que al mundo le falta

Por lo que, en vez de analizar cómo podemos transportar la energía, podamos crear políticas industriales para que las empresas que tienen problemas de producción debido a la falta de suministro de energía, analicen las ventajas de producir en Santa Cruz, aprovechando la geolocalización estratégica de los puertos, para que las inversiones internacionales puedan producir en la provincia bienes de capital para ser exportados al mundo.

*Alejandro Demel. Economista santacruceño con maestría en Planificación Energética por la Universidad Federal de Río de Janeiro (Brasil)

Alejandro Demel (izquierda) y Manuel Cruz.

**Manuel Cruz. Economista santacruceño con maestría en Desarrollo Económico en Korean Development Institute School (Corea del Sur)

Leé más notas de La Opinión Zona Norte