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El día que Carlos Saldivia debutó como conductor frente al micrófono en un programa de radio abrió la primera carta de una oyente y era Mercedes, su futura esposa.

Era octubre de 1984 y Carlos había superado su paso como “tandero” en LU12 y gracias a la confianza que le dio J. J. Martínez pasó a hacer los turnos de 6 horas todos los días en las tardes de la radio. Ya tenía que preparar temas para hablar al aire, hacer comentarios de revistas y llevar adelante los programas con los oyentes.

Carlos y Mercedes se casaron un años después de que el locutor leyera su carta al aire de LU12 AM680.

Todavía en esa época la gente se comunicaba con la radio a través de cartas. LU12 tenía una caja con un buzón en la puerta que daba a la calle y todos los días se llenaba de mensajes, pedidos, poemas y cartas de amor. “Leíamos un poema que mandaba la gente con una cortina ideal y cuando terminaba la última frase le poníamos un tema de esos que te cortan las venas”, recuerda Carlos.

Ese día Carlitos sabía que no iba a ser como los otros porque tenía que sostener el aire como lo hacían los grandes de la radio de la época de la talla de Rody Rodríguez, Ricardo Ramos, Margarita Soto, Fredy Martínez, el “Lobo” Peña, José Mayo, Justo Lerena, Mónica Alvarado y Arturito Márquez.

J.J. Martínez, Margarita Soto, Mari Burgos y Pepe Cárdenas. FOTO: ARCHIVO LOA

Le había tocado el domingo a la noche después de toda la transmisión deportiva. Un horario donde los oyentes seguían siendo los protagonistas del aire. “Poníamos música melódica y romántica, clásicos de la época y la idea era que la gente pidiera los temas, como siempre pasó en la radio”.

Tímido como siempre, esa noche Carlos era un nudo de nervios, pero se sentó en la silla del estudio frente al micrófono y cuando se encendió la luz de aire las palabras no pararon de brotar. Tocaba el cielo con las manos. Y en medio de esa adrenalina tomó de la mesa la primera carta de una oyente

“Quisiera escuchar un tema musical. Me gusta el programa, los escucho todos los fines de semana y es muy buena la música que pasan y si nos pueden pasar un tema de Los Linces, Me caso el sábado. Gracias, soy Mercedes”. No era una carta más. Era la carta de su futura esposa, pero ni él ni ella lo supieron hasta unos días después.

Un día Carlos salía de la radio a la vereda para entrar al diario a buscar información para hacer el panorama y se vieron por primera vez cuando ella estaba dejando una nueva carta. Carlos Saldivia, el locutor que le pasaba los temas que a ella más le gustaban tenía rostro.

“Yo pensé que no era de acá porque nunca antes la había visto”, confiesa Carlos a La Opinión Austral. “Después resulta que vivía a 5 cuadras de mi casa, en el barrio Del Carmen y yo conocía a sus hermanos”.

Ella siguió mandando cartas y de vez en cuando se cruzaban, porque Mercedes había conseguido trabajo en la Municipalidad de Río Gallegos y salía a la misma hora que Carlos bajaba a la vereda para ir al diario antes de hacer el panorama. “A ella le gustaba Roberto Vicario, un conocido locutor y narrador de poemas y nos pedía temas así, que no los pedía nadie pero nosotros lo teníamos porque teníamos una buena discoteca”.

Una noche coincidieron en una peña folclórica que se hizo en la Casa España y pudieron charlar un poco más. A Carlos ya lo llamaban los organizadores de eventos artísticos para presentar a los artistas o conducir otros eventos.

“Pasaron muchos días hasta que un día la invite a salir a tomar algo y ahí empezó todo”, afirma Carlos. Y cuando dice todo se refiere a realmente a todo. En el 85 nos pusimos de novios y en el 86 nos casamos”. Ese mismo año nació Cinthia, dos años más tarde Lorena y en el 94 llegó Adrián. Hace 6 años la familia se amplió con Tomi, el primer nieto.

“Tenemos cosas como todos los matrimonios, pero nunca dejé de sentir lo que siento por ella y yo siento lo mismo de ella hacía mi. Venimos de familias muy humildes y nunca tuvimos nada. Yo de chico iba al matadero a buscar para comer. De repente pasar todo eso y después buscar el punto de partida, y fue trabajar en la radio. Ahí comenzó el hilo que desarrollo mi vida”.

¿Eras vos?

“Mi vieja nunca me felicitó por entrar en la radio. Ella no me creía ‘¿Eras vos?’, me decía, pero yo sé que ella escuchaba con orgullo; le costaba decir lo que sentía”.

Carlos asegura que casi todo lo que logró lo obtuvo gracias a su madre, que crió sola a él y a sus 3 hermanos menores luego de que su padre muriera cuando apenas tenía 9 años.

La puerta se abrió cuando terminó la colimba en 1984. Carlos Saldivia participaba con trabajos comunitarios en la Agrupación Camusu Aike, que presidía Jorge Correa, y un día fueron a difundir una actividad a la radio LU12.

La entrevista se las hizo J. J. Martínez y Carlos fue el que más habló del grupo. Cuando terminó la nota y fueron a la tanda se quedaron hablando y J. J. le preguntó: “¿Vos no hacés nada de locución?”. La pregunta lo sorprendió. Le había visto facilidad de palabra y volvió: “¿No te gusta?”.

“Yo tuve una sensación extraña cuando entré a la radio, era como si siempre hubiera estado ahí adentro; una cosa rara. Con el paso del tiempo me di cuenta y lo relacioné con que yo desde chico relataba los partidos desde el patio de mi casa con mis hermanos y mis amigos; era como que tenía una ductilidad especial para expresarme y entonces J. J. me dijo si quería practicar locución”.

Después de varios días de práctica empezó a salir a mediados de año con tandas comerciales cortas. “Siempre fui locutor comercial. En esa época usábamos los tanderos porque en esa época iba toda la publicidad en vivo, sacaba de la carpeta los cartoncitos con todas las frases comerciales y había que saber darle énfasis que no enseñaba la gente que ya tenía experiencia. Ahí empezamos y el que se animaba un poco más ya iba desarrollándose y yo quería más”.

Carlos Saldivia y Esteban Alvarez. FOTO: MIRTA VELÁSQUEZ

De repente estaba cobrando un sueldo por hacer lo que le gustaba. “J. J. Martínez fue mi gran maestro porque me marcaba los errores y lo que más me gustaba de los primeros años era eso de hacer programas populares ligados a la familia y a la gente como Sábado en familia de Ricardo Ramos y Margarita Soto”.

Al poco tiempo comenzó a hacer los programas y a instalarse en el aire de LU12 AM680. Con la llegada de los hijos Carlos necesito más ingresos y transmitió por teléfono el sorteo de la lotería de Santa Cruz y pudo despuntar otro objetivo que era relatar automovilismo. “La transmisión deportiva es un cable a tierra, es muy energizante, me levanta mucho, las palabras fluyen solas y no sabés de dónde. El relato es otra de mis pasiones”.

Carlos Saldivia y Margarita Soto compartieron el aire de LU12 durante muchos años. FOTO: MIRTA VELÁSQUEZ.

Un día la mamá le dijo “tenés que hacer el noticiero” y Carlos, que ya estaba trabajando en Canal 9, le dijo que no dependía de él. Hace 2 años, después de hacer durante mucho tiempo trabajos administrativos y otros programas de interés general y deportivos, lo convocaron. “Para mi fue como tocar el cielo con las manos. Se me cumplía algo a mi y a mi mama”, expresó.

Esa tarde le dijo a la madre que mirara el noticiero del 9, porque a veces también miraba el del canal de cable. Después del programa fue a verla. Ese día por primera vez lo felicitó. “Yo sé que ella se sentía orgullosa pero nunca me lo dijo. Excepto cuando me vio en el canal y me felicitó cuando ya tenía 86 años. Yo por eso le agradezco a la radio que me abrió muchas ´puertas”.

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