Durante meses, una mujer de la ciudad canadiense de Quebec alimentó a una gata callejera llamada “Usagi” que vagaba por el jardín de su casa. Sin saber que estaba preñada, le dio comida diariamente al punto que logró cierta afinidad con la felina. Hasta llegó a pensar que la panza del animal se debía al sobrepeso producido por el exceso de alimentación.

 

Un día la Usagi apareció en la puerta de su hogar con sus seis cachorros. Los llevó uno por uno hasta el lugar ¿pidiendo que los adopte? La mujer los cuidó un tiempo y luego pidió ayuda a un refugio de animales donde se descubrió que los cachorros tenían problemas respiratorios y conjuntivitis, y se les realizaron los respectivos tratamientos.

 

Finalmente, “Usagi” se quedó en la casa de su nueva dueña que al poco tiempo decidió esterilizarla al tiempo que cuatro de las seis crías ya encontraron un nuevo hogar.

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