Elena Ivanickaya, una fisiculturista ucraniana con casi 72.000 seguidores en Instagram, subió fotos de su gato esfinge -una raza conocida por su falta de pelo- sedado mientras era tatuado a la altura del pecho.

 

Si bien las imágenes causaron indignación y furia entre los usuarios de esa red social, ella se desentendió de las críticas y aseguró que el procedimiento fue avalado por un veterinario y que el animal no sufrió daño alguno.

 

 

Según Upsocl, la policía no está muy convencida con estos argumentos y está dispuesta a iniciar una causa criminal contra Ivanickaya, el veterinario y el tatuador en caso de comprobar la existencia de abuso animal.

Por ahora no hay cargos contra la mujer, cuyo único castigo por el momento ha sido la pérdida de varios seguidores y la denuncia de sus contenidos en Instagram donde la mascota, tiene su propia cuenta: @yasha_kot_

 

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