Tras más de cuatro días de un complejo recuento de votos, Joe Biden logró la victoria en el estado de Pensilvania que le otorga un mínimo de 284 votos electorales, superando los 270 necesarios para consagrarse como presidente electo de Estados Unidos.
Con los 20 votos electorales de ese estado, el ex vicepresidente de Barack Obama, obtiene el apoyo necesario para derrotar a Donald Trump, que hasta ahora no salió oficialmente a reconocer la derrota.
Desde principio del siglo XX, Estados Unidos no había visto una participación electoral tan grande, pero, a diferencia de lo que pronosticaban las encuestas, esta movilización masiva fue no solo para sacar a Trump de la Casa Blanca, sino también para apoyar al Presidente y sus acciones de Gobierno.

Según una proyección de la radio pública NPR, de los 100 condados con mayores tasas de letalidad per cápita de la pandemia, en 68 Trump amplió su votación de 2016.

Además, una encuesta nacional de boca de urna mostró que la mayoría de los votantes que pusieron como prioridad la recuperación económica apoyaron a Trump, mientras que los que aseguraron que primero debe controlarse la pandemia, eligieron a Biden.

Las proyecciones de los principales medios indican que Trump perdió por más de 4 millones de votos a nivel nacional, pero para el sistema electoral indirecto, que es el único que realmente vale, fue derrotado por menos de 100.000 votos en cuatro de los cinco estados que terminaron definiendo la elección.

Este resultado, aunque entregó una victoria clave a los demócratas, podría terminar dibujando un escenario menos complicado para los republicanos y su reconstrucción como oposición que para el futuro oficialismo y el equilibrio que tendrá que hacer para conciliar y conservar el amplio abanico de intereses que se encolumnaron detrás de Biden.

Los senadores republicanos recibieron una lluvia de críticas al final de la campaña por confirmar en tiempo récord a la candidata de Trump para la Corte Suprema, pero por ahora solo perdieron en términos netos una banca y el control del pleno se jugará en dos balotajes en Georgia.

En la Cámara de Representantes, bastión de la resistencia demócrata durante los últimos dos años, los republicanos obtienen por ahora una ganancia neta de seis bancas, un avance que no les alcanza para aspirar a controlar el pleno, pero sí marca una derrota para el liderazgo de la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi.

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