El día que se conoció la noticia de la producción de la vacuna rusa, el metal precioso descendió más de 110 dólares. Su peor caída en la última década encontró el piso alrededor de los US$1920-US$1930, aunque aún en un escenario de incertidumbre global que promueva el auxilio y la fuerte emisión de los bancos centrales el precio podría elevarse nuevamente por encima de los U$1960.

Leé más notas de La Opinión Austral