El caso sucedió en Estados Unidos y se viralizó tras la publicación de la revista académica Journal of the Academy of Consultation-Liaison Psychiatry.

 

El hombre de 30 años, quien tenía adicciones y presentaba un trastorno bipolar, había leído sobre el potencial alucinógeno de los hongos y creyó conveniente realizar una infusión con ellos e inyectárselo en las venas.

 

Los hongos contienen sustancias psicoactivas como la psilocibina, la baeocistina y la psilocina, capaz de mejorar los síntomas de determinados cuadros psicológicos. Si bien hay estudios que hablan de una merma del orden del 50 por ciento en los síntomas de la depresión, no resultó el caso de este estadounidense que debió ser hospitalizado.

 

Tras inyectarse la infusión de hongos, el hombre sufrió letargo en sus funciones corporales, ictericia (pigmentación amarillenta de la piel), náuseas, diarrea y vómitos de sangre. Debió ser internado y permaneció 22 días en una clínica, ocho de los cuales fueron en terapia intensiva.

 

Los análisis demostraron que su cuerpo había desarrollado una infección fúngica y bacteriana en la sangre, que llevó al crecimiento de hongos dentro de su cuerpo. Estos hongos comenzaron a alimentarse de sus órganos, lo que le provocó la insuficiencia orgánica.

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