“Rusia otorgará la ayuda necesaria si los enfrentamientos se produjeran directamente en territorio de Armenia”, anunció este sábado el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, de acuerdo a un comunicado que reproduce la agencia de noticias AFP.

 

 

El pronunciamiento de Rusia, que renovó su llamado a un alto el fuego, se produce después de que el primer ministro armenio, Nikol Pashinian, pidiera al presidente Vladimir Putin que inicie consultas “urgentes” sobre la ayuda que podría proporcionar Moscú para garantizar la seguridad de su país.

 

 

También tiene lugar un día después del fracaso de unas nuevas negociaciones entre Armenia y Azerbaiyán que buscaban alcanzar un alto el fuego.

 

 

En la reunión, sin embargo, se acordó evitar los objetivos civiles y las partes se comprometieron a entregar en los próximos siete días a la Cruz Roja y a la Organización para la Cooperación y la Seguridad en Europa (OSCE) una lista de los prisioneros para un eventual canje.

 

 

Rusia, que dispone de una base militar en Armenia, está vinculada con ese país mediante un tratado de defensa, pero ya afirmó que este acuerdo no abarcaba la región separatista de Nagorno Karabaj.

 

 

Ese enclave, poblado en su mayoría por armenios cristianos, se separó de Azerbaiyán, país musulmán chiita de habla turca, poco antes de la desintegración de la Unión Soviética en 1991, dando lugar a una guerra que dejó 30.000 muertos.

 

 

Desde 1994 rige un alto el fuego interrumpido a menudo por escaramuzas y enfrentamientos.

 

 

Desde el 27 de septiembre, las fuerzas azerbaiyanas y las de Nagorno Karabaj, apoyadas por Armenia, se enfrentan de nuevo y ya hubo tres intentos fallidos de tregua humanitaria.

 

 

Además de una posible crisis humanitaria, la comunidad internacional teme que el conflicto se internacionalice: Turquía apoya a Azerbaiyán y Armenia, que respalda financieramente a los separatistas, forma parte de esta alianza militar con Rusia.

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