En la última semana, especialistas de todo el mundo alertaron por una posible segunda ola de Covid-19 que obligaría a los gobiernos a retroceder en la apertura de las economías e implementar otra vez el aislamiento de todas las poblaciones.

 

 

“A medida que la producción económica se contrae bruscamente, los desembolsos fiscales aumentan y los balances de los bancos centrales se duplican, las monedas fiduciarias podrían sufrir presión”, explicaron desde Bank Of America.

 

 

Desde el inicio de la pandemia, los analistas coinciden en que el efecto de la contracción económica es similar a la de 2008, cuando todos los bancos del mundo iniciaron una emisión momnetaria sin precedentes para paliar la crisis. En aquella oportunidad, el oro se apreció 160%.

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