Matías Soria es un joven santacruceño nacido en Piedra Buena que desde los 14 años la lucha para cumplir su sueño de dedicarse al fútbol.

Palos en la rueda, piedras en el camino quisieron acabar con sus ganas, pero el alejarse por unos meses del ámbito del fútbol, le dieron ganas de seguir intentándolo.

Sus inicios

Desde los 5 años a los 12 jugó en EDEFI de Piedra Buena donde vivió “momentos inolvidables y jugamos muchos torneos”, comentó a La Opinión Austral el joven.

Matías Soria antes de un partido con EDEFI.

El jugador santacruceño tuvo un fugaz paso por las inferiores de Argentino del Sud donde dejó su huella y también tiene grandes recuerdos.

Matías besándose el escudo de la camiseta de Argentino.

Su paso a jugar en Buenos Aires

En una de esas vacaciones que tenían junto a su familia, decidió probarse en Gimnasia de La Plata ya que su hermano estaba estudiando en la ciudad de las diagonales.

A los 14 años (en 2015) quedó en las pruebas que realizó en el Lobo y su vida daría un giro total. Siendo un niño comenzaría a luchar por su sueño, el que anhelaba desde que comenzó en EDEFI.

Su paso por Gimnasia duró un año, “Jugué cuatro partidos y me quiebro la mano, de ahí estuve parado mucho tiempo”, afirmó Soria. Ese año volvió a Piedra Buena de vacaciones y asegura que “no entendia mucho que era mantenerse entrenado”.

Volvió a La Plata, donde habían cambiado la Coordinación del lobo y el se hallaba muy mal físicamente y quedó libre.

Pablo Romero, era uno de sus entrenadores, y el “me ayudó mucho, me dijo que no vuelva al sur y que no deje de insistir“. En ese momento Matías, pasó las vacaciones y llamó a Pablo, quien lo llevó a Villa San Carlos.

Matías luego de convertir un gol en Villa San Carlos.

El santacruceño tuvo un gran paso ese año en VIlla San Carlos, donde fue capitán. En noviembre de 2016 decidió probarse en Chacarita, junto a un amigo.

“En Chaca anduve muy bien en las pruebas, quedé y volví en enero a hacer la pretemporada”, afirmó Soria. Quien encontraría en Chacarita mas que un club, una familia, buen trato, grandes personas que hasta el día de hoy sigue teniendo dialogo.

En Chacarita estuvo cuatro años. Jugó en la sexta, quinta e hizo los dos años de cuarta. Su rendimiento y constancia en cada entrenamiento le permitió tener partidos en reserva y llegar a entrenarse con la primera.

Un traspié sucedería que le impediría a Soria poder llegar a mantenerse en reserva y en un futuro pensar en la primera del funebrero.

En pleno torneo se esguinzó, y su compañero terminó con 10 goles en cinco partidos. Aquel jugador terminó llegando a reserva y actualmente se entrena con la primera.

En diciembre del 2019, tuvo una charla con los entrenadores y le recomendaron buscar club para sumar minutos y que ellos lo iban a ayudar.

Es ahi cuando aparece Comunicaciones, Soria se prueba y genera buenas sensaciones en el Cartero por lo que termina quedando y en febrero tenía que empezar a entrenarse.

Las ganas ya no eran las mismas, Soria dijo: “Las ganas no eran las mismas que en los años anteriores”. En ese momento inicia la pretemporada donde anduvo bien.

Aquí llega el momento de quiebre. En un partido amistoso frente a Chacarita, el técnico de ese momento le grita por una decisión de una jugada, Soria no responde al llamado, por lo que el DT lo saca y decide gritarle.

A los días Soria decide en una reunión hablarle mano a mano y cara a cara al entrenador sobre esa situación. “Yo nunca me equivoco”, fue la respuesta de su técnico, por lo que Soria decidió saludarlo e irse del club.

Fue un desahogo, una sensación de alivio. “Me saqué una mochila de encima”, aseguró el santacruceño.

Una nueva vida y las ganas de intentarlo de nuevo

Apoyado por sus padres, sus hermanos, novia y amigos, Soria volvió días antes de que se dicte la cuarentena obligatoria en el país.

“No quería hablar de fútbol, la gente acá me preguntaba y no quería saber nada”, aseguró Soria, quien estaba negado a volver a estar ligado al mundo del fútbol.

Los meses pasaron, recibió mensajes de gente cercana de Chacarita quienes le brindaron el apoyo y la ayuda para que el vuelva a encontrar club en un futuro.

La ayuda de Matías Lepicheo, su preparador físico de Piedra Buena, fue de gran ayuda. Con el se entrena constantemente, ahora desde casa, y cuando pueden salen a correr.

A Matías el apoyo de los cercanos, y de las buenas personas que lo acompañaron en el ámbito del fútbol lo impulsaron a querer seguir, y no parar hasta conseguir su sueño. Porque un traspié lo tienen todos.

“Hoy tengo posibilidad de irme a Chile a fin de año, también se que en Buenos Aires tengo chances de jugar B Metro”, afirmó a La Opinión Austral.

Por último, no quiso dejar de comentar su situación sobre la negación del gobierno a que habiliten por lo menos los entrenamientos individuales en Piedra Buena: “Uno se la rebusca para entrenar, no puede ser que abran tantos lugares cerrados y no dejen practicar con una cancha, con un solo profe y respetando el protocolo”, finalizó el santacruceño.

EN ESTA NOTA fútbol Matias Soria

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