Alejandro Zimmermann, CEO de la Pyme familiar Río Alara, productora y exportadora de cerezas, se entusiasma con el potencial del valle. Pide un apoyo provincial para que pueda aumentar la superficie implantada.

Juan I. Martínez Dodda

Cuántas veces se escucha o dice la frase “es la cereza del postre”. Es el toque de
distinción, de calidad, el “adorno” que le da otro estatus al postre en
cuestión. En Santa Cruz se produce la cereza más austral del mundo y la última
que llega a los mercados del hemisferio norte en contraestación.

“Si se dan las condiciones podríamos quintuplicar la producción de cereza de
calidad que hoy hacemos en Los Antiguos, es una región privilegiada que tiene
enorme potencial”, consideró en diálogo con Santa Cruz Produce, Alejandro Zimmermann, CEO de la empresa productora y exportadora de cerezas Río Alara, una Pyme familiar que tiene unas 120
hectáreas plantadas en el oeste de Santa Cruz (además de otras 100 en Mendoza,
donde cosecha fruta primicia con dos modernas plantas de empaque que permiten
llevar la cereza más austral del mundo y la que más tarde se cosecha.

Actualmente 100% de capitales argentinos, Río Alara supo estar en manos de inversores
turcos e ingleses desde que se creó en 1998.

Argentina forma parte de los países que desde el sur producen en contraestación para los
grandes consumidores del hemisferio norte. “Los Antiguos tiene la
particularidad de ser la cereza más tardía del mundo, porque la gran producción
de cereza se da entre fines de octubre y mediados de enero, pero acá terminamos
la cosecha recién 15-20 de febrero”, relató Zimmermann. Y agregó: “En cuanto a
la calidad, por el clima, radiación y una amplitud térmica logra muy buenos
niveles de azúcares que no se dan en otros lugares, como dice nuestro asesor
técnico, se cocina a fuego lento”.

Esto le permite tener buenos calibres y sabor distinguido. Pero, además, una buena
calidad post cosecha para que mantenga su condición cuando llega a los
clientes. Desde 2006 trabajan según los requerimientos de la norma mundial de
Seguridad Alimentaria British Retail Consortium (BRC).

Las inversiones en dos plantas modelo de empaque también ha sido importante para
conservar la calidad lograda en el campo. “Estamos convencidos que la calidad
se logra en la finca y no se mejora en el empaque, pero también es verdad que
se puede desmejorar un buen producto si no se trabaja bien en planta”, resumió
Zimmermann. Actualmente trabajan con procesos de frío, automatismo y tecnología
de clasificación por sistemas ópticos.

Trabajo todo el año

Con la cereza el trabajo es de todo el año, por eso, entre las particularidades que
destacó Zimmermann está la cantidad de empleo que genera la actividad. “Cuando
terminamos la cosecha, en esta época, se empiezan a hacer las podas de verano,
y después hay que hacer otra entrando al invierno, en abril, pero también hay
que ocuparse del riego, la fertilización, de cuidar las fincas del granizo y el
viento, es un trabajo de 365 días”, explicó el CEO de Río Alara.

Además de la elección de variedades, se ha ido ajustando en el riego por goteo, el
fertirriego (el agua llega directo al sistema radicular y resulta
fundamental. A su vez, sistemas de aspersores previenen daños por heladas.
También entendieron que el viento les recortaba productividad y por eso
trabajan con cortinas de alamedas, pero también con mallas artificiales.

Potencial antigüense

En el valle Los Antiguos se producen unas 1.200 toneladas de cerezas, esto es
entre un 11 y un 15% del total que se produce en Argentina. Pero Zimmermann
está convencido que se podría quintuplicar la producción. “Hoy podríamos
producir 5.000 toneladas y las podríamos vender todas, porque mercado hay, pero
no es sencillo porque desde que plantás hasta que tenés la primera cosecha
comercial pasan 5 años”, dijo. Hay que tener espaldas y poder hacerse de
créditos razonables.

“Si hay créditos a largo plazo para mí es un lugar único donde la provincia debería
apuntar, porque además genera mucha mano de obra, trabajo genuino, es una zona
en la que podemos lograr cantidad, kilos por hectárea, y también calidad”,
esgrimió, con orgullo y entusiasmo, Zimmermann, quien recordó que en algunos
huertos han logrado 12 toneladas de frutos por hectárea.

“Los Antiguos vale la pena para nosotros que estamos hace 20 años, pero también para
los que están por empezar y para la provincia”, concluyó Zimmerman.

RECUADRO

China trabado

El trabajo que se venía haciendo hace años, que en 2019 tuvo un impulso importante
para enviar cerezas desde Los Antiguos a China, se desplomó en plena época de
cosecha con el coronavirus que tiene a maltraer al país asiático.

“Se trabajó muy bien y mucho para exportar y lo logramos en 2019, teníamos muchas
expectativas para 2020, pero todo esto nos jugó una mala pasada, íbamos a mandar
10 contenedores, pudimos mandar 4 y no sabemos qué va a pasar”, resumió
Zimmermann, que además de CEO de Río Alara es presidente de la Cámara Argentina
de Productores de Cerezas Integrados.

Los otros mercados conforman un popurrí en el que se destacan Estados Unidos y
Europa, pero donde también tallan Medio Oriente y los asiáticos.

EN ESTA NOTA Producción de cerezas

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