El crimen de un municipal es uno de los casos sin resolver en la zona norte de Santa Cruz y, luego de un mes, no hay personas detenidas o sospechadas de ser las autoras.

Se trata del caso de Valeriano Hernández, el hombre que a principios de mayo fue encontrado sin vida en el patio de su casa por una sobrina y que, hasta el momento, nadie sabe quién lo atacó y lo apuñaló más de 40 veces en distintas partes del cuerpo.

Tal como lo informó La Opinión Austral, el caso se remite al 4 de mayo en la periferia de la ciudad de Las Heras. Allí, en la zona de chacras de la ciudad petrolera, vivía solo Hernández, un vecino de 62 años que, desde hace años, estaba soltero.

El dato podría no ser relevante pero, en las últimas horas, surgió una nueva teoría que podría dar cuenta de la autoría o al menos de las circunstancias y el posible móvil del crimen, dando un giro en las investigaciones.

Fuentes consultadas por La Opinión Austral, indicaron en su momento que se buscó reconstruir las últimas horas del hombre pero poco se sabía. Sólo había compartido un asado por el día del trabajador el 1 de mayo con su vecino.

Incluso por el caso se llegó a allanar la casa del vecino donde se encontraron prendas de vestir con manchas rojizas aunque, hasta el momento, se desconoce si eran manchas de sangre humana o de animal o de cualquier otro líquido.

Cuando la Policía hizo el procedimiento, encontró prendas colgadas en una soga que recientemente habían sido lavadas. Algo que llamó la atención a los investigadores.

Si bien en un principio se pensaba que se podría tratar de un homicidio en ocasión de robo, en el que el presunto asesino torturó a Hernández dándole puntazos en la nuca y exigiéndole el dinero que no tenía, ahora apareció en el horizonte una nueva hipótesis: la amorosa.

Los agentes buscan cerrar el círculo íntimo de Hernández que en realidad sería un triángulo: aparentemente mantenía una relación con la pareja del vecino, o al menos es una de las teorías que maneja la Dirección de Investigaciones (DDI) y se busca establecer si la mujer tuvo algo que ver.

La mujer se encuentra a derecho. Ella fijó domicilio ante el Juzgado de Instrucción N°1 a cargo de Eduardo Quelín cuando la Policía hizo el allanamiento en su casa ubicada a unos pocos metros de la de Hernández.

En el mismo sentido, hay que entender el contexto en el que se encuentran las viviendas. Ambas están en la periferia y no hay cámaras de seguridad que podrían haber registrado los últimos movimientos en cercanías a la morada del ahora fallecido.

Lo cierto es que a más de un mes del crimen, todavía no hay detenidos por el caso

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