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Un control vehicular en la madrugada del sábado en Pico Truncado derivó en un grave episodio de violencia institucional que conmueve a toda Santa Cruz. Ariel Carrizo, músico de trayectoria internacional y ganador del Pre Cosquín, fue brutalmente golpeado por efectivos policiales tras intentar evadir un control de alcoholemia. El hecho generó la inmediata intervención de la Justicia y la suspensión preventiva del uniformado involucrado, mientras el artista permanece con lesiones graves y temor por la pérdida de la visión en un ojo.

La madrugada se tornó dramática en el ingreso a Pico Truncado, cuando un Chevrolet Cruze, conducido por Carrizo, intentó esquivar un operativo montado sobre la Ruta 43. Según fuentes oficiales, el vehículo fue finalmente interceptado en la zona de Roca y Lago Pueyrredón, donde personal de Tránsito y de la Policía procedió a realizar el control correspondiente. Fue allí donde, en lugar de una mera infracción vial, se desencadenó un episodio que hoy pone en el centro del debate el uso de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad provinciales.

De acuerdo al relato de Carrizo, que horas más tarde brindó declaraciones a La Opinión Austral, los efectivos que intervinieron lo golpearon de manera feroz. “Me recontra c… a palos, podría haber perdido un ojo. Estoy psicológicamente destruido, tengo miedo de salir a la calle”, sostuvo con la voz entrecortada.

El test de alcoholemia practicado a Carrizo.

El músico, que acababa de regresar de Las Heras tras ofrecer dos presentaciones, reconoció haber consumido alcohol y admitió que quiso evitar la multa porque “vive de la música y no puede afrontar sanciones económicas”, pero dejó en claro que esa circunstancia “de ningún modo justifica el nivel de violencia que sufrió”.

Las imágenes que trascendieron y los testimonios posteriores revelan la magnitud del hecho: Carrizo permanece con el ojo derecho completamente cerrado por la inflamación y con riesgo de secuelas permanentes. “En Caleta Olivia me atendieron y dijeron que, aunque no perdería el ojo, podría quedar con alguna incapacidad. Eso me destruye. Tengo dos hijos y hoy siento miedo de que les pase algo a ellos cuando salgan a la calle”, confesó.

El caso tomó rápidamente estado judicial. Desde la Policía de Santa Cruz se informó que se iniciaron actuaciones prevencionales de oficio, con la intervención del Juzgado competente. El magistrado dispuso la retención del arma reglamentaria del efectivo señalado, la fijación de domicilio y la aplicación de medidas cautelares. Paralelamente, se resolvió la suspensión preventiva del uniformado, una medida que busca garantizar transparencia y objetividad en el sumario administrativo.

La repercusión fue inmediata, no solo por la gravedad del hecho, sino también por la figura de la víctima. Carrizo no es un vecino más de la zona: en 2021 fue ganador del Pre Cosquín como solista instrumental, representó a Santa Cruz en el histórico escenario Atahualpa Yupanqui durante el certamen “Nuevos Valores” y, al año siguiente, integró la delegación provincial que realizó una gira artística por Francia, Turquía, Bulgaria, Macedonia y Kosovo. Su nombre es sinónimo de cultura santacruceña y su denuncia ahora se transforma en un símbolo contra los excesos policiales.

El despliegue de la Policía, tras el secuestro del auto.

En su testimonio, el artista describió también el trato posterior dentro de la comisaría, donde permaneció esposado. “Me tuvieron como si fuera un asesino, no me daban agua ni me dejaban moverme. Fue humillante”, señaló. Además, denunció trabas en la atención médica: “El médico que me revisó se puso a disposición, dejó asentado que los golpes eran de puños y patadas, pero la Policía no quiso que me quedara en el hospital”.

Las autoridades provinciales del área de Seguridad arribaron a Pico Truncado para contener la situación y transmitir un mensaje institucional, aunque Carrizo fue tajante: “No me voy a quedar con disculpas. Esto no puede volver a pasar nunca más. Hoy fue conmigo, mañana puede ser con cualquiera. Te pueden arruinar la vida”.

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