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La angustiante desaparición de Nayelly Luján García Servín, una joven de 15 años, ha dejado al país en un estado de conmoción y preocupación. La adolescente fue vista por última vez el 23 de octubre, cuando su padrastro, Juan Ignacio Esteban Apaza, de 32 años, la retiró de un instituto de inglés al que asistía.

Las autoridades han intensificado la búsqueda y la investigación, y un nuevo indicio ha surgido en la trama. Una cámara de seguridad en un puesto de control de la provincia de La Pampa captó la imagen de la camioneta Ford EcoSport en la que se presume que viajaban Apaza y Nayelly. Sin embargo, el caso ha tomado un giro inesperado, ya que se ha reportado que la misma camioneta fue vista el 27 de octubre en la provincia de Córdoba, lo que despierta nuevas interrogantes sobre la ruta que habrían seguido y cómo lograron evadir los numerosos controles de seguridad en el trayecto.

La investigación está bajo la dirección del juez Leonardo Cimini Hernández y el fiscal Matías Parajón, quienes cuentan con el apoyo de la Policía local y de la Brigada de Investigaciones de Zona Norte, liderada por el comisario Pablo Méndez. A nivel internacional, Interpol ha emitido una orden de captura para Apaza, acusado de privación ilegítima de la libertad.

Recientemente, se realizaron tres allanamientos en Salta, en las viviendas del padre y dos hermanos de Apaza, pero no se halló ningún indicio relevante. Ante esta hipótesis, Gendarmería Prefectura han sido alertadas para reforzar la vigilancia en los puntos de salida del país.

El 27 de octubre, la aparición de la camioneta en Córdoba ha levantado sospechas sobre cómo logró eludir los numerosos controles de seguridad establecidos entre Santa Cruz y Salta, un trayecto que, según fuentes consultadas, podría implicar al menos quince puntos de control

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