Desde la cuarentena, la EPP N° 93 donde trabajaba Jesica, realiza un fuerte trabajo con las familias de sus alumnos desde lo “pedagógico y lo emocional”.

La maestra, era parte fundamental de ese acompañamiento, que sacó a la luz que muchos padres y madres de los niños y niñas estaban en vulnerabilidad social y económica porque el aislamiento obligatorio impidió a muchos trabajadores informales “ganarse el mango”.

La directora del establecimiento, Alejandra Montiel, contó que están trabajando fuertemente y ayudando a estas familias con alimentos no perecederos y todo lo que está a su alcance, en una especie de “homenaje” a Jesica, quien amaba a sus alumnos. “Su frase siempre era si pudiera llevarme todos a casa, me los llevo”, recordó.

Montiel contó que Jesica en 2019 era asistente pedagógica en un primer grado y que en 2020, dado su perfil “empático, carismático y solidario”, arrancó con este mismo grupo ya en segundo.

“Era muy cariñosa, pero además muy empática. Si algún alumno vivía en una situación difícil de su hogar trataba de contenerlo y ayudar”, destacó, al subrayar que si bien estaba todo el tiempo alegre y con una sonrisa, era una persona con mucha personalidad y “muy abierta a decir todo lo que pensaba”.

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