María Beatriz Artín, la mamá de Nehuén, generó un silencio en el recinto tras dar su testimonio frente al tribunal. Durante casi doce minutos, todos los presentes la escucharon atentamente cuando contó cómo se encuentran ella y su familia ante la pérdida irreparable de su hijo.

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Ella comenzó diciendo que “sólo los que son padres y perdieron un hijo pueden comprender lo que vivimos, hace cinco años que ahora sólo nos quedan las fotos de Nehuén. Le pido a Dios nunca perder la memoria, para nunca perderlo en ese sentido tampoco“.

“Me refugio mucho en Dios para tratar de calmar el dolor, yo podría decirles que hemos muerto con mi hijo. Mi niño era un sol, era un ángel, pura ternura y sólo tenía nobles intenciones con su familia y sus amigos”, agregó María, visiblemente emocionada.

“Si digo amigos y después de todo lo que escuché, un amigo no se apropia de la vida de su amigo. Un amigo no secuestra a su amigo, hay accidentes, pero hay otros evitables. Cuando prima el egoísmo por salvarse, llamarle ‘susto’ no deja de ser un escape, no deja de tener racionalidad”, expresó, claramente por la defensa de Agüero.

Nehuén (der.) junto a sus hermanos en tiempos otrora más felices. (FOTO: LA OPINIÓN AUSTRAL)

Para concluir, dijo que “nuestra vida no es igual desde su partida, me arrebataron al más chiquito de mis hijos. tengo que conformarme con abrazarlo como a este cuadro. Es ir al cementerio y ya no poder decirle que le compro un buzo, sino que le tengo que comprar flores. Hay veces que no sé cómo se puede seguir”, concluyó.

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