*Por Martín Muñoz Quesada

En nuestra ciudad capital solamente el Servicio de tratamiento integral para las patologías de consumo (SETRIPCO es la única unidad para la atención primaria de las personas que sufren adicciones. Hace unos años, en un convenio firmado entre la UNPA y la SEDRONAR se prometió la creación de una Casa Educativa Terapéutica, pero nunca llegó. En nuestra provincia existen otros centros, pero ninguno para que los consumidores puedan rehabilitarse.

Hace unos meses, la Procuraduría de Narcocriminalidad Nacional (PROCUNAR) dio a conocer, mediante una nueva herramienta informática, el preocupante número de inicios de causas por tenencia simple y posible comercialización de estupefacientes en nuestra ciudad. Con un total de 1.600 expedientes, nuestra ciudad lidera, más allá de la densidad poblacional, el número de causas a nivel provincial.
Este dato abrió el debate sobre la cantidad de personas que son consumidoras de estupefacientes y si, en caso de querer rehabilitarse, el Estado brinda un lugar de contención para su atención y reinserción laboral.
Muchas han sido las quejas de los vecinos por la falta de espacios físicos para la atención de familiares que se encuentran atravesando tan difíciles momentos con una persona con adicciones en su núcleo familiar.
La Opinión Austral realizó un relevamiento sobre lugares donde las personas que intentan rehabilitarse podrían recibir ayuda profesional. A nivel estatal solamente existen dos centros, uno de ellos corresponde a provincia y el restante sólo es un lugar para tomar exposiciones que solamente suman para la estadística nacional.
El primero de ellos es el Servicio de tratamiento integral para las patologías de consumo (SETRIPCO un área dependiente del Hospital Regional que se encuentra en la calle Ramón y Cajal al 500, a metros del Centro de Salud Mental.
Este medio pudo dialogar con el Lic. Gonzalo Cabrera, a cargo del Centro de Salud Mental, sobre la diferenciación de cada área pese a que trabajan en conjunto. “Es un servicio hospitalario y es el lugar de referencia a nivel público para la atención de este tipo de problemáticas” indicó el profesional.
El segundo centro de asistencia a las personas con adicciones es el Hogar de Cristo (también llamado Centro Ceferino Namuncurá ubicado en la calle Mendoza 340. En este establecimiento funciona una casa de atención y acompañamiento comunitario y, aunque no sólo se reciba a personas con problemas de adicciones, es el único lugar en el que se reciben exposiciones para la SEDRONAR. De acuerdo a lo publicado en la página del ente nacional, en el Centro Ceferino Namuncurá existe el sistema de alerta temprana. El mismo tiene como objetivo “recopilar, sistematizar y gestionar información confiable sobre nuevas sustancias psicoactivas, drogas emergentes, nuevos patrones de consumo y comercialización. Se busca prevenir y reducir el impacto en las personas y en la salud pública a partir de la detección precoz, evaluación de riesgos, comunicación y respuesta oportuna”. No así la atención de profesionales en la materia para la contención de las personas que sufren adicciones.
Madres y padres de jóvenes que sufren esta enfermedad se encuentran desesperados ante la falta de espacios físicos y del personal profesional que debería actuar. Este medio pudo hablar con la madre de un joven que busca rehabilitarse, quien no quiso dar su identidad pero sí su testimonio. La madre comentó que, en su momento, su hijo de 19 años quiso comenzar una nueva vida, pero solamente “terminó unos días en el centro de Salud Mental, lo medicaron y me lo dieron de vuelta”. Angustiada, la madre además comentó que muchas de las actividades que realizan los chicos solamente apuntan a terapias que “no van al hueso de la cuestión, los hacen hacer talleres de arte, de manualidades, no entiendo mucho de eso pero J.T. (su hijo) no cambió, nosotros tratamos de hablar con él, pero no entiende”.
Consultada sobre la posibilidad de un traslado a un lugar donde sí existan centros de contención, la desesperada madre comentó a este medio que el factor económico juega un rol determinante, “es lo que más queremos, pero lamentablemente no nos alcanza la plata”, manifestó acongojada.

El CET que no fue
En el año 2009, durante la gobernación de Daniel Peralta, se había comenzado a hablar sobre la falta de establecimientos para atender la problemática de adicciones en la provincia.
Fue durante noviembre de aquel año cuando Peralta anunció la creación de un centro diurno para atender la problemática, que sería dependiente del Ministerio de Asuntos Sociales, hoy Ministerio de Desarrollo Social.
No fue hasta noviembre del 2010 cuando el entonces primer mandatario provincial anunció la apertura del ente, donde hoy funciona el SETRIPCO. Peralta dijo en aquella oportunidad que contemplaba instaurar un “sistema innovador, con tratamientos integrales, una modalidad que no existe en otra parte de la Argentina”. Declaraciones que sólo fueron palabras que se llevó el viento y el tiempo.
Recién en septiembre del 2014 fue cuando, durante un acto presidido por quien era el jefe de Gabinete de la Nación, Jorge Capitanich, el secretario de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha Contra el Narcotráfico, padre Juan Carlos Molina y la rectora de la Universidad Nacional de la Patagonia Austral (UNPA Eugenia Márquez, firmaron, en aquel establecimiento educativo, los convenios correspondientes para la construcción de cinco Casas Educativas Terapéuticas (CET) y un Centro Preventivo Local de las Adicciones en nuestra provincia.
Esos convenios, que ya habían sido rubricados en Buenos Aires por quien era en su momento el ministro de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios de la Nación, Julio De Vido, permitirían la construcción de (CET) en Río Turbio, El Calafate, Las Heras, Río Gallegos y Caleta Olivia. Esta última ciudad contaría además con el primer Centro Preventivo Local de Adicciones (CEPLA) de Santa Cruz.
Todo parecía marchar sobre ruedas, incluso la UNPA, a cargo de la creación del CET en nuestra ciudad, recibió 7 millones de pesos para comenzar la obra, pero pasó el 2014, el 2015, y fue a fines del 2016 cuando el nuevo rector de la institución educativa, Hugo Rojas, debió salir a dar explicaciones, tanto por los fondos recibidos como por la aletargada creación del centro.
“La marcha del proyecto no tiene que ver con la falta de fondos sino fundamentalmente con cuestiones técnicas, administrativas y de emplazamiento de ese proyecto”, manifestó el rector en noviembre del 2016, al mismo tiempo que dijo que “los fondos no fueron tocados”.
Las cuestiones técnicas a las que hacía referencia Rojas correspondían a recibir el predio porque hubo que reubicar el emplazamiento, del cual se encarga la Agencia de Administración de Bienes del Estado, por lo que hubo que hacer trámites nuevamente.
Hoy la creación del CET se encuentra en manos de la UNPA y del municipio cuando se realizó un cambio en el convenio, en Río Gallegos se encuentra estancada y no se avizora una solución a corto plazo.
Estadísticas
De acuerdo a los últimos números mostrados por la SEDRONAR en su balance anual, del 2017, nuestra provincia muestra números preocupantes por la cantidad de consumidores que intentan rehabilitarse. Hay que tener en cuenta que estos números son de personas censadas que intentan cambiar el rumbo de su vida, y quedan sin mostrarse aquellos que todavía no tomaron esa decisión, o desconocen sobre las herramientas con las que cuenta el Estado para su atención.
En nuestra provincia hay 40 personas que están siendo atendidas por la SEDRONAR, la mayor parte de ellas en Caleta Olivia y Las Heras, uno en Río Turbio y uno en El Calafate.
Respecto de la prevalencia anual del consumo de marihuana en Santa Cruz, se pudo saber que supera la media y está entre los diez distritos más consumidores del país, con un 2,9 por ciento.
En relación con el mismo índice, pero de consumo de cocaína, nuestra provincia se encuentra antepenúltima con respecto al resto del país, con un 0,4 por ciento.
Uno de los datos curiosos presentados en el estudio nacional en la población de 12 a 65 años sobre el consumo de sustancias, fue el puesto que ocupa Santa Cruz con respecto al consumo de tabaco. Nuestra provincia se encuentra en un peligroso cuarto puesto detrás de Buenos Aires, Neuquén y Mendoza.

Jorge Capitanich, ex jefe de Gabinete de la Nación.

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