Cuando lograr renovar el 85% de los $ 617 mil millones que se vencían en Lebac habría sido considerado un “éxito”, el BCRA no sólo renovó el 100% de las letras, sino que colocó $ 5 mil millones adicionales. Esto, junto a otras tres medidas tomadas en conjunto, hizo que el dólar bajara por primera vez en 16 días, cerrando a $ 24,60.

Además de una exitosa renovación de las Lebac, el Banco Central repitió su accionar del lunes, poniendo nuevamente un techo de $ 25 para el dólar, ofreciendo hasta US$ 5.000 millones a ese valor, aunque de eso, sólo vendió US$ 700 millones. Igualmente intervino en el Mercado de Futuros y la jugada, por cuatro frentes, se completó con el Ministerio de Finanzas que anunció la reapertura de la licitación de los títulos BOTE.

Esas cuatro medidas en paralelo y en conjunto, cumplieron su cometido y desinfló la presión en la city cambiaria, haciendo que la divisa norteamericana descendiera por primera vez en 16 días, ubicándose casi 1 peso por debajo del cierre del lunes, cerrando a $ 24,60, según el promedio del BCRA.

La llegada del “supermartes” señalado así por la fuerte cantidad de Lebac que tenía que renovar el Banco Central, era considerada como clave y un test difícil para el equipo económico del Gobierno Nacional que atraviesa su peor crisis de confianza y credibilidad desde que asumieron.

Al cerrar los mercados, hubo alivio generalizado en la Casa Rosada. Las lebac fueron renovadas totalmente, cuando lo habitual, en tiempo de “normalidad” era una renovación promedio del 85%.

Esto, igualmente, fue un triunfo a lo pirro, para muchos, debido a que esa renovación fue a tasas del 40% para las letras a 30 días de plazo, que anticipan un enfriamiento, aún mayor, en la economía.

Cabe recordar que un 60% de las letras que vencían ayer estaban en manos de bancos y entidades públicas.

Por otra parte, pasado el mediodía, fue desde el Ministerio de Finanzas, conducido por Nicolás Caputo, de donde salió “el as bajo la manga” anunciando la reapertura de licitación del denominado título BOTE 2023 y 2026, un bono en pesos pero anclado al dólar a tasas del 16 y 15,5%.

Un detalle no menor es que la mayoría de los compradores fueron extranjeros. “Es un volver a los mercados del tesoro y en moneda local” indicó Mauro Mazza de Bullmarket Broker, indicando que eso implica que “el mercado le dio una segunda oportunidad al Gobierno”. La pregunta es por cuánto tiempo.

La mayoría de los economistas reconocen que aún es temprano para saber si el mercado ya encontró el nuevo valor del dólar y permita volver a recuperar la tranquilidad. “El billete debe estabilizarse por varios días” para que eso ocurra, indicaron.

“Esta fue una batalla ganada, después de haber perdido 20 días seguidos” aseguraron, pero advirtieron que “de diciembre a hoy, el dólar subió un 34%” y eso sin dudas, terminará trasladándose en parte, a los precios.

Incluso, para los economistas consultados en la encuesta del REM las expectativas de suba de precios llegaban al 22% para todo el año, antes de estas tres últimas semanas. Hoy la cifra luce como desactualizada luego de la escalada del dólar de los pasados días.

El día después

Si bien reconocen que hay que esperar aún para tener mayores certezas, para la mayoría de los especialistas lo sucedido ayer, “descomprimirá” a corto plazo.

Se cree que el techo fijado por el BCRA de $ 25 para la divisa norteamericana, seguirá vigente por varios meses, más allá de que podría tener fluctuaciones, pero serían mínimas.

Cabe destacar que la actual crisis surgió a raíz de noticias y medidas locales e internacionales, que generaron desconfianza de los inversores.

A nivel doméstico, sobre todo, causó malestar la contradicción del Gobierno de cambiar las metas de inflación a fines de diciembre pasado. Esto se leyó en la City como un “cambio de discurso” y pérdida de credibilidad en los funcionarios, ya que controlar y bajar la inflación se había planteado como la prioridad número uno, objetivo que se modificó sobre la marcha.

Tampoco fue “entendido” por el mercado que el Gobierno haya “gastado” semejante caudal de reservas, en plena sequía del campo y falta de liquidación de divisas, para mantener congelado al dólar durante dos meses en torno a los $ 20,20, mientras la inflación ascendía por el ajuste en las tarifas de los servicios públicos y combustibles.

A nivel externo, afectó la suba de tasas de la Reserva Federal (FED) y la devaluación de las monedas regionales, como consecuencia de la apreciación del dólar en el mundo. Algo que generó salida de los capitales de países emergentes.

De hecho, inversores internacionales deshicieron en las últimas semanas un equivalente en pesos de US$ 5.000 millones en Lebac para volver a posicionarse en la divisa estadounidense. Justamente, este hecho generó presión doméstica en el precio del tipo de cambio.

Este martes, para tranquilizar al mercado, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, afirmó que el Gobierno tiene “todas las herramientas” para “superar las turbulencias” cambiarias y ratificó “la plena confianza” en el Banco Central. “Planteamos que tenemos todas las herramientas y confiamos plenamente en el Banco Central, para superar las turbulencias”, concluyó.

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