Pedro Mansilla, secretario general del Sindicato de Obreros y Empleados Municipales de Río Gallegos, se refirió, como integrante de la FESOEM (federación que agrupa a parte de los sindicatos de empleados municipales), a la situación en Las Heras, dónde hay un fuerte reclamo por parte de los trabajadores de esa comuna reclamando aumento salarial, sin que el intendente José María Carambia haya dado respuestas.

De igual forma, recodó que el Soem de dicha ciudad no forma parte de la Fesoem, “La Federación agrupa a algunos gremios no a todos”. En el caso de Las Heras, el gremio está agrupado en la Fetram “que lidera el compañero de Caleta Olivia, Carrizo”, dijo Mansilla a LU12 AM680.

Aunque fue contundente, a la hora de hablar de la inequidad que existe en los salarios entre una comuna y otra: “Es resultado de muchos años de abandono, de lo que es la lucha por un salario digno”, afirmó.

“En el año 2007/2008, cuando me tocó asumir en Río Gallegos como secretario general, comenzamos un largo camino para hacerle comprender al compañero municipal que los dirigentes gremiales y el sindicato estamos para representar sus intereses”.

Y aseguró que el primer eslabón de esta gran cadena es “consolidar las bases y que la participación del conjunto nos lleva a tener la fuerza al momento de hacer reclamos salariales”.

El objetivo fue, sostuvo, que cuando el trabajador pregunte qué le da el gremio,  la respuesta sea: “Luchar por tus derechos y un salario digno. Es lo que podemos dar. Esa premisa la quisimos extender a lo largo y ancho de la provincia pero nos encontramos con otra realidad, que es que muchos sindicatos de base, en sus localidades, actúan como verdaderas mutuales”.

“En esos casos, cuando el afiliado se formula la misma pregunta, de qué le da el gremio, la respuesta es: te damos órdenes de compra, el convenio con determinado negocio. Pero en realidad no se avanza en lo realmente importante que es la lucha por un salario digno”.

 

En un contexto de pandemia “dónde existe una crisis económica que golpea y azota hacia todos lados, donde hay habitantes que se quedaron sin la posibilidad de tener un trabajo para cobrar un salario mínimo” la inequidad se agranda “y en el caso de los municipales de Las Heras, se trasluce en que estén cobrando un sueldo que no llega, siquiera, a un salario mínimo vital y móvil”.

 

30% de muy poco

“Cuando el Intendente anuncia con bombos y platillos que da un aumento del 30%, es sobre una base salarial muy baja, que no se traduce en un aumento verdaderamente importante”. Y como excusa, Mansilla apuntó que Carambia “lo que hace es descansar la responsabilidad sobre el Estado provincial. Ha sido una política que se ha repetido muchas veces, donde las pautas salariales, en cierta forma, las fija el propio Estado provincial porque asiste, de forma solidaria, a todos los municipios”.

 

Pero eso, trasladado a un trabajador de Las Heras que ya tenía un salario que  no alcazaba para las categorías más bajas y, con un techo en las más altas que no superan los 20 mil pesos, sin dudas que cualquier pauta estaba muy lejos de lo que un trabajador necesita para el sustento.

 

Río Gallegos

Sobre la negociación salarial para los municipales de Río Gallegos y que no llegó al piso de Provincia, Pedro Mansilla recordó que “el Intendente de Río Gallegos, fijó un techo de un 14,5%, entendiendo que era con lo que el gobierno provincial lo podía asistir, para hacer frente a la demanda salarial que, en nuestro caso, queríamos iniciar con un piso del 20%”.

 

Esto se dio en un contexto de aislamiento social por la pandemia. Y con un decreto nacional que fue notificado por el Ministerio de Trabajo de Nación a todas las organizaciones del país, de que se caían las garantías de los sindicatos en función a la vida cotidiana que tiene toda organización, impidiendo reuniones, asambleas de base y asambleas extraordinarias o procesos electorales.

“También nos llegó la notificación del Ministerio de Trabajo de la provincia avisando que se suspendían las paritarias. Que se activaban mesas de trabajo con los intendentes para llegar a determinados acuerdos, sin firmas homologados. Las discusiones que hicimos en plataformas virtuales, al no tener firma eran simples acuerdos”.

La situación del empleado

Al consultarlo sobre si en esta situación de pandemia el trabajador se siente cuidado, expresó: “Es un tema profundo. En marzo/abril, se creo la Junta Municipal de Protección Civil, el COE Municipal donde el SOEM somos parte, lo primero que planteamos fue que se activara el área de Seguridad e Higiene o se que pusiese en vigencia la ordenanza aprobada de Medicina Laboral porque entendíamos que esa primera línea que conforman los trabajadores esenciales como tiene que ser. Funcionó las primeras semanas”.

Fue pasando el tiempo y los recursos  comenzaron a agotarse a punto tal que el propio municipio produce alcohol sanitizante. “En los primeros meses, quedamos in stock de lavandina no alcohol, empezaron a escasear esos artículos y se notó. Incluso costó a todos adaptarnos a la nueva modalidad del cuidado y la higiene requerida. Hasta el uso de barbijo se cuestionó porque al principio decían que era útil, después que no”.

“Ahora queda esperar a que llegue la vacuna, la que sea. Veremos cómo se articula todo porque, esta tremenda enfermedad nos ha dejado sin gente conocida o querida en el camino”.

Fin de año

Todos los años, el trabajador municipal recibe un cordero para las fiestas de fin de año. Sobre la gestión que vienen realizando al respecto, comentó: “Pedimos una reunión con el intendente, pero lamentablemente no fue posible. El Municipio tiene una deuda importante con la organización gremial en cuanto a los aportes. Pretendíamos que el Ejecutivo pudiera achicar, en parte, esa deuda para hacer lo que hacemos todos los años, con la entrega del cordero. Pero al día de hoy no tuvimos novedades, ni siquiera una llamada”.

Y si bien, no pierde la esperanza de poder cumplir con la tradición de fin de año, “sin fondos es imposible hacerlo”.  Es que sostuvo que la deuda es millonaria. “Viene de arrastre. Diría que de la época de Raúl Cantín que es cuando se empezaron a generar estos atrasos en los pagos de aportes, prosiguió con Roberto Giubetich y este año, que es difícil y complejo, la deuda ya supera los 30 millones en concepto de aportes”.

Si se pagara, al menos un 30%, “nosotros podíamos cumplir con la tradición de entregar un cordero”.

 

Diálogo

 

Aunque esperan un encuentro con Pablo Grasso, Mansilla sí confirmó que hay un diálogo fluido con el secretario de Hacienda, Diego Robles: “A partir de este año, entendimos que la estrategia debía ser la mediación. Así se dio lo de los 40 despedidos del SIPEM, algunos se reincorporaron. Se pudo sacar el tema de las recategorizaciones y que Pablo Grasso cumplió hacer una semana, que fue cuando anuncio la compra de la máquina para los baches y nos invitó a la presentación”.

Por los años que lleva involucrado con el municipio observó que ven con buenos ojos este tipio de inversión. “Pasaban gestiones y veíamos que nos e invertía, que se abandonaba al trabajador. Cada vez nos alejamos más de la terciarización. Hay que observar el medio vaso lleno y no el medio vaso vacío”, concluyó.

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