El freno por 90 días en los precios de los combustibles quedó en medio de dudas en la noche del miércoles, 12 horas después de que el presidente Mauricio Macri lo anunciara como una de la medidas más importantes para “aliviar” el bolsillo tras la disparada del dólar que, entonces, no se iba a los $ 63.
Desde la propia agencia oficial Telam, el sector petrolero planteó la disconformidad del anuncio por tratarse de “una señal malísima para el clima de inversiones e toda la cadena de valor de los combustibles”.
A partir de la mañana del miércoles, la Secretaría de Energía a cargo de Gustavo Lopetegui trabajaba en el diseño de las resoluciones que darán sustento legal para la aplicación de la medida de congelamiento, sobre todo teniendo en cuenta que desde el 1 enero de 2018 rige un mercado liberado de combustibles.
Aquella medida adoptada bajo la gestión del entonces ministro Juan José Aranguren puso punto final al denominado barril criollo que imponía un valor de referencia para el crudo.
Pero mañana no habrá resolución que formalice la medida anunciada con bombos y platillos.
Cerca de las 21 horas del miércoles, 12 horas después, de anunciar el congelamiento de los precios en los surtidores por 90 días el Gobierno nacional dijo va a convocar a las empresas petroleras a una mesa de diálogo para acordar la implementación.
“Esta convocatoria de la medida no es una marcha atrás al anuncio del presidente sino una marcha atrás en la publicación de la resolución que debía darse mañana para abrir el diálogo con las empresas”, explicó la fuente gubernamental a la agencia oficial. Es decir que el anuncio se realizó sin diálogo previo.
Algunos estacioneros ya habían celebrado la medida, otros habían señalado la dificultad.
Las empresas productoras de petróleo quiere conocer bajo qué figura legal el Gobierno obligará a las petroleras a fijar sus precios por 90 días, y su principal temor era que se apele, nuevamente, a la Ley de Abastecimiento ante eventuales faltantes por la distorsión de precios del mercado.
Según explicaron desde el Gobierno nacional, para calcular el congelamiento por 90 días del precio en pesos de nafta y gasoil en el segmento minorista de combustibles, se implementaría un congelamiento por el mismo plazo del precio del crudo.
Este precio sería el que cada refinería tenia vigente con su proveedor, por lo que se determinó fijar las variables a valores del 9 de agosto, con el dólar a $45,19 y el barril de Brent a US$59.
Pero la tarde del miércoles el dólar cerró a $ 63. “Cómo se obligará a las empresas a importar buena parte del gasoil que demanda el mercado local a un precio internacional con el dólar a $63 pesos para venderlo en las estaciones de servicio a un dólar de 45,19 como fijó el gobierno”, se cuestionó el sector empresarial.
Por eso hasta ahora mantener el precio de la nafta Súper a 39.41, la Infinia a 47,58 y el Diesel a 46,92 en Río Gallegos es una incógnita.
La Secretaría de Gobierno de Energía informó que el congelamiento de precios de las naftas que anunció el presidente de la Nación se realizará en acuerdo con las empresas.
Sólo que hay que contarles.
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