La increíble e inesperada “Nevada del siglo“, aquel 27 de julio de 1995, dejó anécdotas inolvidables para aquellos riogalleguenses que pudieron presenciarla y vivirla en primera persona, desde el lugar que les tocó ocupar.

El intendente de ese momento, Alfredo “Freddy” Martínez, contó a LU12 AM680 Río Gallegos cómo se enfrentó a la sorpresiva noticia: “Desde la intendencia uno quería saber cómo venía el tiempo para organizar el trabajo, y el día anterior no teníamos ningún informe de esta tremenda nevada que cayó”.

“A primeras horas de la mañana, el gobernador (Néstor) Kirchner junto a todo su gabinete estaba en la Municipalidad, junto a la gente de las Fuerzas Armadas, la Cruz Roja, todos se pusieron a disposición”, recordó cómo comenzó esa histórica e intensa jornada.

En la zona de chacras la única forma de llegar era con los carrier del Ejército

Aparte de los cortes de energía producto de la caída de cables en la ciudad, el ex jefe comunal recordó que en ese momento “se adelantaron todos los partos después de esa gran nevada, esa misma noche tuvimos que trabajar para llevar parturientas al hospital porque se había incrementado el número de personas que estaban por tener familia”, mencionó.

 

FOTO ARCHIVO LOA

Por otra parte, señaló que un tema que tenía que preverse era el abastecimiento en la ciudad: “Ya habíamos armado hasta un puente aéreo con los Hércules, para abastecer a la ciudad si fuese necesario“, dijo, sin embargó recordó que “había buen stock de comida y medicamentos”.

 

  1. Freddy Martínez recuerda la Nevada del Siglo por LU12.


Entre las anécdotas de aquellos días, dijo que en una de las reuniones en el despacho municipal, apareció un reconocido personaje de Río Gallegos: “En un momento nos dimos vuelta y en el sillón del despacho estaba sentado Quique“, comentó entre risas.

Me llaman a las 6 y pico de la mañana, y yo digo ‘me despiertan a esta hora para decirme que estaba nevando’, y cuando miro por la ventana veo a mi camioneta que estaba tapada hasta la mitad de nieve

Martínez también contó que lo primero que cruzó por su cabeza fue pedir recomendaciones: “Llamé a un intendente de Quebec en Canadá, y me recomendó amontonar la nieve en las esquinas para evitar el deshielo rápido y que se inundara la ciudad”, dijo.

“Tuvimos que cortar cadenas de las hamacas”

Jorge Avilés, actual director de Recursos Humanos y Protocolo de la Municipalidad, también vivenció aquella fecha inolvidable: “Lo primero fue ponernos a atender los teléfonos, dado que eran incesantes los llamados al Municipio”, recordó a LU12 AM680.

Luego, “fue llegando personal al Municipio, principalmente mujeres, que fueron tomando la posta de quedarse adentro y atender los reclamos para luego derivarlos”. Posteriormente, “llegó el gobernador Kirchner a tomar contacto con el intendente y a ponerse a disposición”.

 

Ese mismo día, “se firmó luego un decreto municipal donde se declaraba el estado de emergencia y se creaba la Junta Municipal de Defensa Civil“, mencionó Avilés.

La emergencia duró hasta el 3 de agosto, “fueron días muy dinámicos, atípicos totalmente, se trabajó mucho con el Ejército y Prefectura, y se montó un centro de comunicaciones, dado que en esa época recién habían algunos teléfonos celulares“, mencionó.

 

  1. El recuerdo de Jorge Avilés por LU12 AM680


Además, recordó que pasó entre tres o cuatro días sin salir del Municipio: “Se armó una oficina con colchonetas y dormíamos algunas horas“. En lo que duró el decreto, también se prohibió las actividades comerciales: “A la noche se salía a verificar que no estén abiertos los bares y confiterías”, señaló.

 

Río Gallegos, 25 años después. FOTO: JOSÉ SILVA

Un recuerdo muy particular llama la atención de esa época: “No había más cadenas para las ruedas de los vehículos, no habían más en el corralón ni en las ferreterías”, relató Avilés y aseguró que “se tomó la decisión con la autorización del intendente, de cortar las cadenas de las hamacas de muchos juegos infantiles de la ciudad“.

Lo que más rescató de esas intensas jornadas fue que “se veía todo como un equipo donde no había jerarquías, todo lo contrario, mucho sentido de solidaridad, uno no miraba necesidades propias sino que se ponía a disposición del resto”.

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