Fernando Zanetta es el actual juez penal juvenil de Río Gallegos, quien llegó a su cargo cuando en la capital santacruceña habían dos “juzgados del menor“. El nombre de estas instituciones cambió luego de la ley 26.061, muchas de las causas fueron trasferidas a los juzgados de Familia y hoy por hoy solo hay un Juzgado Penal Juvenil, encabezado por Zanetta.

 

La tarea de este ente judicial es resolver sobre la situación de menores de 18 años en conflicto con la ley penal, aunque también se trabaja en la construcción simbólica en torno a la juventud y la violencia.

 

En Río Gallegos hoy funciona el “Dispositivo para Adolescentes en Conflicto con la Ley Penal“, un lugar que hasta hace poco funcionaba solo como centro de detención pero que luego fue erradicado completamente hacia un dispositivo de protección y reinserción social. “Cuando asumí no había chicos alojados. Hoy hay dos”, indicó Zanetta.

 

Agregó que en el establecimiento “son siempre más o menos los mismos, entre diez y once. Cuando nos avisan que un joven ‘cayó detenido’ por algún robo, nosotros iniciamos un expediente tutelar a la par del penal. Si un menor de 18 cometió un robo, por ejemplo, convoco a la madre, padre o el tutor y hago una audiencia donde se le dan herramientas para que enderece su vida, se le hace una pericia, intervienen trabajadores sociales, se le da intervención a Niñez, se le consiguen talleres, si no está escolarizado se lo escolariza, y se lo obliga a hacer una serie de actividades para que trate de salir para delante“, explicó el juez.

 

Sin embargo aclaró que “en ningún momento se me va a ocurrir meter un chico en el dispositivo, que no deja de ser una privación de la libertad encubierta. Tratamos de evitarlo hasta donde podemos“.

Falta de contención familiar

Zanetta indicó que existe un denominador común entre los jóvenes que están en esta situación: “Mucho consumo de droga o de alcohol“, pero enfatizó además en la falta de contención familiar. “Te das cuenta cuando vienen los padres, que estaban totalmente desconectados con el chico, que no tienen contención. Personalmente les digo que, a las diez de la noche, su hijo tiene que estar en su casa, eso hay que controlarlo, pero muchas veces las familias no se hacen cargo“, añadió.

Asimismo detalló que los delitos que más se cometen son “robos, hurtos y muchos abusos sexuales“. Sobre éste último, el juez puso en valor el movimiento de mujeres, a partir del cual las víctimas de este tipo de delitos pueden alzar su voz y animarse a denunciarlos.

“Acá la perspectiva de género juega un rol muy importante. Tengo casos de mujeres que fueron abusadas cuando eran niñas y ahora sienten que pueden hacer la denuncia. Sus abusadores al momento del hecho eran menores de edad y ahora son personas adultas, pero lo que vale es la edad del imputado al momento de la comisión del hecho. Entonces ordenamos restricciones, tratamiento psicológico obligatorio y si corresponde, prisión preventiva”, detalló Zanetta.

 

Resaltó en ese sentido la necesidad de acercar el juzgado a la población: “Por eso en atención a la ley de las victimas (27.372) las convoco, al igual que a sus familiares para escucharlas y explicarles cómo va su causa”, aseguró.

 

Es necesario aclarar que, en Argentina, son imputables las personas de 16 a 18 años y que los menores de 16 años son inimputables. Aun así, el juez riogalleguense suele avanzar con las investigaciones a este último grupo, ya que “a veces en las pericias surge que el mismo fue abusado por un mayor, un padre, tío, amigo del padre y tenemos que investigar eso“, explicó.

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