El Municipio de Río Gallegos analiza un nuevo protocolo de para los sepelios de las personas fallecidas por coronavirus.

Luego de que el obispo de la Diócesis de Río Gallegos hiciera pública una carta en la que pide el intendente Pablo Grasso revisar las prácticas en el hospital y el cementerio, La Opinión Austral pudo saber que la Comuna local ya se encuentra analizando una nueva forma para que los familiares de las víctimas de COVID tengan la oportunidad de realizar una despedida mucho más humana.

Las despedidas, tal como se realizan ahora, sin poder ver al cajón y despidiendo al vehículo desde la calle son “penosas circunstancias” que “sólo hacen más dramático el sepelio, cuando no tienen ninguna fundamentación científica ni apoyo en la legislación vigente”, aseguró el Padre Jorge García Cuerva.

Con fecha del 17 de octubre, el Obispo firmó una misiva dirigida a las autoridades en la que describe las situaciones que se dan en tan penosas circunstancias y acompaña con información sobre la legislación vigente al respecto. Tanto a él como al Equipo pastoral del exequias los moviliza encontrar alternativas para no deshumanizar la despedida de un ser querido fallecido y poder acompañar dignamente a las familias.

 

La carta

 

En su misiva, García Cuerva inicia el texto señalando la intención de transmitir “la inquietud de la comunidad católica y de muchos vecinos de la ciudad en general, que sufren con profundo dolor el momento de la despedida de un ser querido fallecido en el cementerio municipal. Desde el equipo pastoral de exequias, laicos, diáconos y sacerdotes, acompañan con el servicio religioso a los deudos. Y si bien se vive con profundo dramatismo, en este último tiempo se están dando algunas prácticas que hacen de esa etapa de la despedida algo muy deshumanizante que hiere en lo más profundo del alma”.

En este sentido, expone: “Tomo como ejemplo, la disposición de las empresas funerarias de no permitir siquiera la apertura de las puertas de la ambulancia que traslada el cajón para hacer una oración”.

 

García Cuerva recordó que el Equipo Argentino de Antropología Forense en la Guía Operativa de gestión de cadáveres relacionados a Covid-19 dice que “el cuerpo que está en una bolsa porta cadáver íntegra y dentro de un ataúd, no representa riesgo de contagio o propagación” y añadió que en la misma línea, el Ministerio de Salud de la Nación en la Guía de Procedimiento para el manejo de cadáveres de casos de COVID-19 señala que “el cadáver adecuadamente empacado en la bolsa, se puede sacar sin riesgo para conservarlo en el depósito mortuorio, colocarlo en un ataúd para llevarlo al tanatorio, enviarlo al crematorio o realizar el entierro”.

Suma además que el COE de la Municipalidad de la ciudad de Salta dispone que: “El cajón será descontaminado según protocolo de manejo de cadáveres con Covid-19, asimismo el cuerpo, en bolsa mortuoria tipo estanca sanitaria, impermeable y desinfectada. Por consiguiente el féretro ya no es contaminante”.

 

Ingreso al cementerio

En otro tramo de la carta, García Cuerva se refirió al ingreso de la ambulancia con personas fallecidas por por Covid-19, observando que éste se realiza por otra puerta del cementerio “cuando especialmente se pide en la legislación vigente que no se dé ningún tipo de acto discriminatorio en el momento de la inhumación”.

 

Menciona además que, de acuerdo a lo señalado por el Equipo Argentino de Antropología Forense en la Guía Operativa de gestión de cadáveres relacionados a Covid-19, “deberá darse el tiempo habitual a las familias para que puedan reunirse y despedirse, dentro de las limitaciones propias del distanciamiento social. No es necesario acelerar los tiempos de la inhumación”.

 

 

 

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