A pesar de que Provincia autorizó a las peluquerías a abrir sus puertas nuevamente al público, en esta nueva etapa de flexibilización del aislamiento obligatorio, muchas aún permanecen cerradas, principalmente las que se encuentran en los barrios de la capital provincial, alejadas del casco céntrico.

Las que si reanudaron la actividad cumplen a rajatabla con las indicaciones sanitarias dispuestas para evitar la propagación del coronavirus en la ciudad.

Entre las medidas adoptadas, solo permiten el ingreso de un cliente por vez cada 30 minutos y con previa reserva de turno, en el único caso en el que autorizan a permanecer en el interior a dos personas al mismo tiempo es cuando quien pasará por las tijeras es un niño o niña, y solo puede estar acompañado de un adulto.

Solo permiten el ingreso de un cliente a la vez, salvo que sea un adulto acompañando a un menor.

Además, todos en el interior utilizan barbijos, sin excepciones, y sin retirarlo del rostro lo desatan por momentos para que el o la peluquera pueda trabajar en la parte de atrás de la cabellera.

En la entrada de cada local hay trapos de piso con lavandina, a dónde limpian y desinfectan los calzados de cualquiera que ingrese al lugar. Incluso en algunos casos colocan los abrigos y carteras dentro de bolsas que permanecen cerradas hasta que sus dueños se retiren del comercio. También hay rociadores con alcohol liquido o alcohol en gel para la manos.

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